Dejen de ser morrongos: Nicolás Arrieta habló de Severo Sinvergüenza

El polémico sitio ha llamado la atención por la venta de sus waffles en forma de genitales

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A través de su cuenta de Instagram, el youtuber Nicolás Arrieta llamó a no ser tan morrongos y entender que cada persona paga por lo que quiere. Crédito: @nicolasarrieta / Instagram

Severo Sinvergüenza llamó la atención en Colombia luego de que un video de su polémica forma de atender a algunos de sus clientes se hiciera viral en redes. El sitio también se especializa en vender waffles en forma de genitales, lo que ha hecho que más de uno ponga el grito en el cielo.

Sobre la polémica que ha despertado el lugar, el youtuber Nicolás Arrieta comentó que le parece genial que las mujeres, y en general cualquier persona, tengan un espacio para disfrutar de los shows que ofrece el sitio.

En su cuenta de Instagram -@nicolasarrieta-, Nicolás publicó un video en el que se sinceró con sus seguidores sobre Severo Sinvergüenza, e hizo un llamado para que, las personas que han criticado el sitio, dejen de ser morrongos.

Sobre la polémica de Severo
Sobre la polémica de Severo Sinvergüenza, Nicolás Arrieta comentó que le parece genial que las mujeres, y en general cualquier persona, tengan un espacio para disfrutar de los shows que ofrece el lugar. Crédito: @nicolasarrieta / Instagram

En el video, Nicolás Arrieta aseguró que la idea de un establecimiento comercial que vende waffles en forma de genitales no es nuevo, pues este tipo de negocio ya se encuentra en varias ciudades, incluida Bogotá.

“Oigan, está circulando en redes sociales este video de esta wafflleria que vende waffles en forma de pene. Esto no es nuevo, en Bogotá también hay, en todos lados hay waffles en forma de pene. Es demasiado chistoso, hasta yo he comido waffle en forma de pene”.

En el video que se volvió viral en redes sociales sobre el sitio, una mujer, identificada como Stefany Star, se levantó la camiseta para que uno de los trabajadores de Severo Sinvergüenza le derramara leche condensada en uno de sus senos para, posteriormente, limpiarla con su boca.

Sobre esta atípica manera de vender, Arrieta aseguró que todo se trata de un show en el que, si las personas quieren, pueden tener una experiencia diferente. Nicolás también comentó que le parece divertido y llamó a no ser tan morrongos y a dejar que la gente disfrute como quiera.

“El dueño lo llevó a un nivel más, donde hace un show, si la gente quiere, si los hombres o las mujeres quieren, si no, no. Me parece muy genial, me parece divertido. Dejen de ser morrongos y decir: ‘ay, es que mis ojos’. Hombre, si van a putiaderos, sin van a strip clubes, si consumen pornografía, dejen de ser morrongos, que la gente disfrute como quiera”.

Luego de que Severo Sinvergüenza ganara fama a nivel nacional, la Secretaría de Seguridad de Cali visitó el lugar y acordó una serie de prohibiciones con el dueño. Entre las cosas que debe cambiar el sitio, se encuentran: la prohibición de la entrada a menores de 18 años, vidrios polarizados para evitar que niños o menores puedan ver lo que ocurre adentro; como también el límite de acciones que se puede dar entre los clientes y trabajadores.

Sobre las restricciones al establecimiento, Nicolás Arrieta comentó que le parecen acertadas, pero que ese tipo de cosas ya las debía tener el dueño en mente.

“Me parece chévere que tenga unas ventanas para que nadie pueda ver y que, obviamente, esté restringida la entrada a menores de edad, pero estoy seguro que esto ya lo contempla el dueño”.

Para Arrieta, se debe dejar que las mujeres y hombres disfruten como quieran, inclusive, aseguró que existen peores lugares y planes, y agregó que cada persona paga por lo que quiere, mientras que no vaya en contra de las libertades de las demás personas.

“Dejen que las mujeres disfruten lo que quieran, y los hombres también. Si alguien quiere que le hagan un show con un waffle, ¿Qué es eso?. Eso es mejor que estar haciendo cualquier otra vaina, hay peores cosas y peores lugares. Entonces, dejen de joder tanto, cada quien pone su negocio como quiera y cada quien paga por lo que quiera mientras que no interrumpa las libertades de los demás, está bien”.

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