Antes de que se pavimentaran las carreteras y la agricultura y ganadería se desarrollaran en la región, Isaac Tuberquia trabajó en el progreso de Curbaradó, cabecera municipal del Carmen del Darién (Chocó).
Quienes llegaron a conocerlo saben que gracias a él que se creó la junta de acción comunal del municipio y una escuela en el corregimiento, pero también, era quien, sin falta, ayudaba a los campesinos de la zona cuando sus animales enfermaban:
“Ayudaba a los vecinos a atender los partos de las vacas y a curar las enfermedades de los marranos y las gallinas” recuerda con nostalgia su hijo, Uriel Tuberquia, según referencia Revista Semana.
Isaac fue asesinado el 24 de agosto de 1997, junto a su amigo Julio Mendoza en hechos relacionados con el conflicto armado, pero su familia perdió el rastro de dónde quedó enterrado su cuerpo, debido a que:
“Entre tanto, los Tuberquia al igual que otros habitantes, salieron desplazados de la región sin poder conservar información del sitio exacto en el que fueron inhumados. Lo anterior, por la transformación radical del territorio que generó el cultivo de palma, banano y ganadería”, informó en un comunicado la la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas (UBPD).
Quienes lograron inhumar su cuerpo, lo hicieron sin mayor detalle, debido a que temían que los autores del crimen regresaran y tomaran represalias en contra de la comunidad.
Fue así que, dando solución al ‘Caso 04: Situación Territorial de la Región de Urabá’ la UBPD coordino y dirigió los trabajos de búsqueda de Julio e Isaac y, una vez dieron con sus restos los entregaron a la familia Tuberquia en una ceremonia étnico-territorial de la que participaron la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP) y la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
“En el segundo día de lluvia del año en Carmen del Darién, el pasado 3 de marzo, los familiares de Isaac Tuberquia, líder comunitario asesinado y desaparecido hace 26 años, pudieron despedirlo de acuerdo con sus tradiciones al recibir su cuerpo de manos de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)”, relató la JEP.
Según el reporte, los restos de Isaac fueron encontrados en abril del 2021. Ya en ese entonces, por las coordenadas en las que encontraron su cuerpo, pensaban que podría tratarse del líder desaparecido en Curbaradó. Sin embargo, debían cerciorarse, así que enviaron su estructura ósea a las instalaciones de Medicina Legal en Medellín y las compararan con algunas muestras de ADN de su familia.
Después de este proceso, los Tuberquia por fin pudieron cerrar un capítulo doloroso que duró abierto 26 años y que termina con un último adiós a su padre.
“Aunque hoy hayamos llorado estamos muy contentos, agradecemos la labor de la Unidad de Búsqueda, de la JEP y de todas las instituciones que participaron en este proceso, este momento no tengo cómo describirlo, estamos demasiado contentos con mis hermanos, estoy feliz y descansando”, comentó Uriel, al cierre de la ceremonia en el Chocó.
Dicen sentirse reparados y, a pesar de la tristeza, encontraron un espacio para reflexionar y llegar a una nueva conclusión: es necesario perdonar para aportar en un escenario de construcción de paz, como el que atraviesa Colombia.
Sin embargo, su caso se suma al de otras 884 personas que, no necesariamente terminarán de la misma manera. Todos –hombres, mujeres y niños– desparecieron entre 1982 y el 2016, en los municipios de Riosucio, Carmen del Darién y Belén de Bajirá, para el caso del Chocó, y en Murindó, para Antioquia.
En la Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, tal vez, pueden celebrar hoy, pero aún tiene mucho trabajo por delante, antes de poder cerrar el Plan Regional de Búsqueda (PBR) que recorre el Bajo Atrato.