Las redes sociales no perdonan. Eso está claro, sobre todo si se trata de Twitter. En la red social del pajarito salen a relucir amenazas, indirectas, criticas, defensas, señalamientos, entre otras cosas, más que todo cuando surgen casos polémicos.
Precisamente, en Colombia se vive una nueva polémica relacionada con el Gobierno de Gustavo Petro. Exactamente, por Nicolás Petro, hijo del mandatario y diputado del Atlántico, acusado de tener vínculos con narcotraficantes y de haber recibido dinero de ellos para financiar la campaña presidencial de su papá.
Al respecto, y calificado como “#NicoGate” por algunos usuarios, el exsuperintendente de Industria y Comercio y exviceministro de Justicia, Pablo Felipe Robledo, sacó a relucir un tuit del presidente Petro del 2022 en defensa de sus hijos, de quienes dijo que nunca harían negocios desde el Estado.
Esto, días después de que este último, siendo candidato del Pacto Histórico, ganó la primera vuelta de elecciones presidenciales y pasó a segunda vuelta con Rodolfo Hernández, de la Liga Gobernantes Anticorrupción.
“De algo pueden estar seguros. Mis hijos e hijas jamás aparecerán firmando comisiones en notaría por negocios que se hacen desde el Estado o volteando tierras para hacer zonas francas”, trinó en primera instancia el entonces candidato presidencial sobre una nota en Semana sobre su hija Sofía Petro, quien habló en ese momento sobre lo que venía para su padre en la segunda vuelta presidencial
A su vez, manifestó que “he buscado que su mayor fortaleza sea la educación y la libertad”.
Al citar este, el exsuperintendente de Industria y Comercio y exviceministro de Justicia citó un viejo y conocido refrán: “Del dicho al hecho hay mucho trecho”.
Lo más curioso del caso es que el trino de Gustavo Petro se hizo el 1 de junio del 2022, después de la primera vuelta electoral (29 de mayo), a pocos días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales (19 de junio) y a poco más de un mes de, como lo revelan los chats con Day Vásquez, que Nicolás Petro habría transportado $200 millones en efectivo de Bogotá a Barranquilla sin levantar sospechas y evitando los controles de las autoridades. La fecha de la conversación entre Nicolás y su esposa, según sostiene Semana, fue el 15 de julio de 2022, cuando ya Gustavo Petro había sido electo presidente.
Para llevar a cabo tal tarea, tuvieron que recurrir a la ayuda de varias personas de confianza entre familiares y amigos: Germán Londoño y Camilo Burgos (primo de Nicolás), una persona identificada como Melissa, otra como “Raisa” y un primo de Day. Entre todos se habrían dividido la carga de a cincuenta millones cada uno para no transportar todo el dinero en bloque.
Frente a todas las revelaciones hechas por Semana y las acusaciones de su exesposa, Nicolás Petro emitió un comunicado en el que solicitó “una investigación para esclarecimiento y protección de mi honra y buen nombre”. De igual forma, le pidió a la Fiscalía General de la Nación que acelere las investigaciones para esclarecer todo lo relacionado con los supuestos dineros recibidos durante la campaña presidencial que llevó a su padre a la Casa de Nariño.
Los lujos de Nicolás Petro
La revista Cambio divulgó los lujos a los que tiene acceso Nicolás Petro, entre ellos, un penthouse avaluado en los $2.500 millones, propiedad en la que actualmente reside. El costoso espacio tiene 330 metros cuadrados construidos. Tiene tres habitaciones, cinco baños, cortinas eléctricas y una terraza de 170 metros cuadrados.
El medio de comunicación citado, de la mano de Day Vásquez, exesposa del hijo del jefe de Estado, hizo público un extracto de su cuenta, afiliada al banco Davivienda, en la que se ven consignaciones de hasta 12 millones de pesos. Tal y como lo evidencia Cambio, las transacciones no serían coherentes con sus ingresos como diputado a la Asamblea de Atlántico, que alcanzaría, en promedio, los $16 millones mensuales.
Para el último mes del año 2022, según se evidencia en los documentos, Nicolás Petro habría gastado $40 millones, lo que dejó en su cuenta un saldo restante que superaba los $70 millones. Lo que es particular de la situación es que el dinero que usó no estuvo destinado a pagar gastos básicos, por el contrario, fue invertido en gustos que van desde joyería hasta tratamientos estéticos.