El presidente Gustavo Petro confió otro de los cargos diplomáticos en uno de los personajes que compartió con él la lucha armada. El politólogo, estudioso del conflicto armado, y uno de los escritores que más ha rescatado la historia del M-19, Darío Villamizar Herrera, fue nombrado cónsul general en República Dominicana.
Su nombramiento hizo parte de una serie de decretos de nombramiento que emitió la Cancillería para designar cinco embajadores, entre los que solo uno hace parte de la carrera diplomática. Así se tomaron decisiones frente a los consulados de Jamaica, Kenia, Trinidad y Tobago, India y República Dominicana.
Este último tomó relevancia por ser la designación de otro exmilitante del M-19 que acompañará el gobierno de Petro. Villamizar hizo parte de ese movimiento en su juventud hasta la desmovilización, después de la que se dedicó al estudio del conflicto, la paz y a contar la historia de esa guerrilla.
Ha sido asesor de reincorporación de excombatientes de la ONU, directivo de Corporación Medios para la Paz, miembro de Latin American Studies Association (LASA) y del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso). El nuevo embajador es politólogo de la Universidad del Valle, con énfasis en resolución de conflictos, y cuenta con un posgrado en Acción sin Daño y Construcción de Paz en la Universidad Nacional de Colombia.
Entre sus libros, destaca Las guerrillas en Colombia (2016), Jaime Bateman: biografía de un revolucionario (2015) y el mas reciente Crónica de una guerrilla pérdida sobre la fracasada incursión del M-19 en el Chocó.
Este último libro se construyó a partir del diario de ‘La Chiqui’, de nombre Carmenza Cardona Londoño, que se hizo reconocida por ser una de las líderes de la toma de Embajada de República Dominicana en Bogotá, que realizó el M-19 entre el 27 de febrero y el 27 de abril de 1980.
Ese diario, según contó el mismo Gustavo Petro en una columna de opinión en 2020, que un exgeneral del Ejército, que lo persiguió en Zipaquirá durante su época de insurgencia, lo visitó en su casa y le entregó las fotocopias de las memorias de Carmenza.
“La jovencita que puso a sus pies al gobierno de Turbay, en la toma de la Embajada Dominicana. La mujer, pequeña de estatura, pero de inmensa valentía, que con su brazo en alto y su capucha nos puso a soñar a muchos, cuando le gritó a toda Colombia, en 1980: ¡Dignidad!”, escribió el presidente sobre el último gesto de la guerrillera cuando terminó la toma y desapareció en el Chocó.
El documento estuvo guardado como material de inteligencia militar por 40 años hasta regresar a las manos del ahora presidente, quien se lo entregó a Villamizar para que concluyera la investigación de ese contingente perdido en las selvas del pacífico colombiano.
La toma de la embajada por parte del M-19 estuvo a cargo de Rosemberg Pabón junto a 11 guerrilleros, quienes ingresaron durante una celebración que se llevaba en la sede. Capturaron 16 diplomáticos, entre los que se encontraban el representante de Estados Unidos y el Nuncio Vaticano. Pedían la liberación de los 311 insurgentes capturados por el gobierno de Turbay Ayala.
Finalmente, solo murió un hombre del M-19, mientras que los rehenes fueron liberados tras un traslado de secuestradores y secuestrados a Cuba, por negociaciones de La Chiqui. La guerrilla no recibió ningún beneficio por la acción y señalaron que su intención había sido evidenciar las violaciones a los derechos humanos que se habían desatado en el país durante el estatuto de seguridad que permitió a tribunales militares, juzgar a civiles.
Otros exmilitantes del M-19 que han sido nombrados por el presidente Petro son Manuel Casanova, que llegó a la Dirección Nacional de Inteligencia, y Augusto Rodríguez, que fue designado para dirigir la Unidad Nacional de Protección.