Humberto de la Calle criticó propuesta de un proceso de paz con Iván Márquez: “¿A negociar qué?”

El exnegociador de paz sostiene que el acuerdo firmado con las Farc-EP fue incluido en la constitución por lo que contradecir sus principios iría en contra de la norma

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Luciano Marín, alias Iván Márquez, y Humberto de la Calle en el premio nacional de paz
Luciano Marín, alias Iván Márquez, y Humberto de la Calle en el premio nacional de paz

El delegado del Gobierno que negoció con Iván Márquez y lo llevó a desarmarse en el 2016 junto a la guerrilla de las Farc, Humberto de la Calle, no cree que se le deba dar una segunda oportunidad después de haber traicionado el pacto al que llegaron. El ahora senador señala que no es viable iniciar una negociación con la Segunda Marquetalia ni constitucional ni éticamente.

El exnegociador, durante un foro organizado por Cambio, reconoció que las condiciones del conflicto armado son diferentes a las de hace siete años cuando se acordó la paz con las Farc. Aunque reconoce avances en la política de Paz Total de Gustavo Petro, también hay dudas respecto a sus posibilidades.

De la Calle señala que la negociación con el ELN está suficientemente acreditada. Sobre el sometimiento de las bandas criminales advierte que la caracterización tiene retos, debido a que en estos grupos no se sabe quién es quién y es difícil saber con quiénes se está teniendo acercamientos y quiénes no. Considera que es la sujeción el camino que le queda a la Segunda Marquetalia.

“Me parece muy desalentador para una sociedad que el señor Márquez, que firmó las 320 páginas del Acuerdo, resuelva decir que no, que eso no le sirve, se mezcle esto con el supuesto real entrampamiento de Santrich y entonces regresa la violencia, generando un desconcierto para la sociedad; porque aquí tenemos una cosa sociológica que el sapo pierde, el que se salta la cola siempre sale adelante, es una sociedad que busca el camino expedito pasando por encima de las prioridades sociales”, dijo de la Calle en el foro.

Para el senador, es una “bofetada” en contra de los más de 13.000 firmantes de paz que dejaron las armas en el regreso a la vida civil de las Farc-EP, quienes han mantenido su compromiso. “¿A negociar qué? Ese señor firmó 320 hojas, ¿qué es lo que falta ahí? Le vamos a dar el gusto que si terminan negociando, los 13 mil de Timochenko que han cumplido sufren una bofetada”, señaló.

Negociaciones de Paz de La Habana, entre el Gobierno y las Farc
Negociaciones de Paz de La Habana, entre el Gobierno y las Farc

Pero también advierte riesgos jurídicos debido a que el Acuerdo de Paz se incluyó en la Constitución. “El Gobierno dice que está buscando soluciones, es inviable. Claro, es que se constitucionalizó la norma que recoge los Acuerdos de La Habana, cuyo elemento central de Verdad, Justicia y Reparación es el de la No Repetición, luego ¿en qué queda la repetición?”, sostuvo.

Para Humberto de la Calle, negociar con Iván Márquez, que dirige la Segunda Marquetalia, sería inconstitucional, por lo que el único camino sería el sometimiento a la justicia. Sin embargo, expertos señalan que no se debería reducir esa disidencia al líder guerrillero que decidió rearmarse junto con otros cabecillas que se desarmaron, pero resultaron muertos en guerras criminales, como Romaña, El Paisa, o Jesús Santrich.

El ministro del Interior, Alfonso Prada, también participó en el foro de Cambio. Sostuvo que se ha avanzado lentamente en el marco jurídico para la negociación con la Segunda Marquetalia, debido a que la premisa de la política de Paz Total es el cumplimiento del Acuerdo de Paz firmado en 2016. Pero la posición del gobierno es que esa disidencia tiene un origen político.

“Al igual que las disidencias originales de las Farc, podríamos llegar a una primera conclusión colectiva y es que tienen origen político. En la evolución de ellas comenzamos a distanciarnos”, señaló el portavoz del Gobierno nacional.

“Vamos a tener dificultades constitucionales, legales, de opinión pública si se quiere. Estos escenarios, que son nuevos, la Segunda Marquetalia es post-proceso y una dificultad enorme, que no subvaloramos porque creemos que la justicia tiene una deuda con Colombia, la deuda que tiene con Colombia es contarnos qué fue lo que pasó, si hubo una motivación como un cañonazo contra el proceso de paz. Lo que produjo fue cercenarlo, amputarle un pedazo al proceso y en la medida en que tengamos la posibilidad de reconducirlo, valdría la pena”, sostuvo Prada.

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