En medio de la crisis en varios aeropuertos del territorio nacional por cuenta de la inoperatividad de Viva air, el presidente de la aerolínea, Francisco Lalinde, entregó declaraciones que dejó preocupados a los usuarios que adquirieron tiquetes justo antes de que se estableciera el cese de actividades.
De acuerdo con el presidente de Viva air, la aerolínea esta en una aguda crisis en la que el flujo de caja es mínimo.
En entrevista con la emisora Blu Radio, Lalinde entregó varios detalles de lo que ha sido esta situación que tiene en vilo a los distintos actores involucrados, como los mismos trabajadores y por su puesto los usuarios.
Según lo que sostuvo el presidente de Viva air en el diálogo, la aerolínea al parecer no le respondería a los usuarios que compraron tiquetes. Lo anterior debido a que, según el mismo Lalinde, el flujo de caja con el que cuenta la compañía en la actualidad alcanza apenas para cubrir la liquidación de sus 1.200 empleados.
El presidente de la aerolínea resaltó durante la entrevista, que de no tener una respuesta por parte del Gobierno nacional en los próximos días, para conocer la ruta a seguir en esta crisis, lo más probable es que la compañía sea liquidada.
“Viva en este momento, dada su situación de caja, si no tenemos un panorama claro de lo que va a suceder en cuestión de días, seguramente Viva va a ser liquidada y no creo que tengamos un escenario distinto”, dijo Lalinde.
“Tenemos un pequeño flujo de caja que nos da para operar unos siete días o para liquidar a los colaboradores. Esa es la responsabilidad que estoy asumiendo. La caja da para liquidar a los 1.200 empleados”, agregó el presidente de Viva air.
Por qué Viva air vendió tiquetes hasta que anunciaron el cese de operaciones
Uno de los mayores cuestionamientos hacia la aerolínea es que la venta de tiquetes continuó prácticamente hasta que se anunció que la aerolínea no operaría más, evento que ocurrió en la noche del lunes 27 de febrero de 2023.
A través de redes sociales usuarios han denunciado que incluso, hacia las 8:00 p. m. de esa fecha, se estaban vendiendo vuelos con normalidad.
Ante este cuestionamiento, el presidente de Viva air aseguró que una vez se estableció que ya no operarían más, también se empezaron a ejecutar los procesos para suspender las ventas. Sin embargo, según él, esos procesos tardaron entre una hora y una hora y media.
“Nosotros teníamos que cumplir unos aspectos legales para suspender la operación de la compañía. Cuando vemos que ya no tenemos ese aspecto legal o no tenemos ningún argumento para continuar las negociaciones, obviamente se cita la asamblea que al terminar, hacia las 6:30 de la tarde, pues empezamos a activar todos los procesos de la compañía para que se empiecen a suspender las ventas y las operaciones”, explicó Lalinde.
Según el presidente de la aerolínea, cuidar la seguridad de los vuelos que estaban en curso en ese momento fue un factor determinante para que el proceso de cierre de ventas se tardara más de una hora.
Lalinde aseguró que al estar todos los sistemas conectados, si suspendían la venta de tiquetes y otros procesos, corrían el riesgo de que la información de los vuelos en curso se perdiera.
“Teníamos que hacer todo un engranaje operacional y de comunicaciones para evitar tener un incidente mientras hacíamos la parada de la aerolínea. No es un ejercicio tan simple como que apago y ya porque hay un factor humano que es muy importante”, agregó.
No se trata de un chantaje
De otro lado, Francisco Lalinde aseguró que el cese de operaciones no se trata de un chantaje al Gobierno nacional. Señaló que la compañía lleva siete meses haciendo todo lo posible para mantener su operación aún con la salida de varios de sus aviones de la pista.
Así mismo, puntualizó que tanto la Aeronáutica Civil como el Ministerio de Transporte, sabían que dada la situación de la aerolínea el cese de actividades estaba muy cerca.