Alcaldía de Bogotá suspendió el Pico y Placa solidario y será obligatorio el uso de tapabocas en el transporte público

Tras la reunión del comité técnico que evaluaría la calidad del aire en la ciudad, se tomaron nuevas medidas, esta vez obligatorias, para cuidar la salud de los bogotanos

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Vuelve el uso obligatorio de tapabocas en transporte público y se elimina, temporalmente, el Pico y Placa solidario

Al cierre del Comité de Validación y Seguimiento de Alertas y Emergencias por Contaminación Atmosférica en Bogotá, la Alcaldía Mayor tomó la decisión de imponer nuevas medidas, esta vez obligatorias, para proteger a los ciudadanos de la concentración de material particulado en el aire.

Así las cosas, el Pico y Placa solidario quedará suspendido desde el martes, 28 de febrero, y hasta el viernes, 3 de marzo, bajo la posibilidad de que se extienda la medida.

Adicionalmente, de acuerdo con información entregada por la secretaria de Ambiente, Carolina Urrutia, el tapabocas volverá a ser de uso obligatorio en vehículos de transporte público; es decir, articulados del TransMilenio, buses del SITP, taxis y vagones del cable.

Por otro lado, en los colegios no podrán realizarse actividades físicas al aire libre, sobre todo entre las 6:00 y las 10:00 de la mañana. Y, como última medida en centros educativos, los niños con enfermedades respiratorias no podrán asistir a clases presenciales.

“Bogotá continua en alerta ambiental fase 1. Las condiciones para levantarla no se cumplen y, de hecho, hemos visto en las últimas horas, mayor concentración de material particulado sobre la ciudad. En este momento tenemos 9 estaciones en condiciones regulares”, dio a conocer la secretaría de Ambiente.

Pero no solo quienes utilizan los servicios de transporte público de la ciudad fueron llamados a retomar algunas de las medidas adoptadas en pandemia, también, Urrutia insistió en que desde el sector ambiente recomiendan fuertemente el uso de tapabocas a los peatones y los bici usuarios.

Aclaró que “el Pico y Placa solidario. Se va a desplazar, tendrá la misma duración, pero no aplicará durante esta semana”.

Y, como medidas adicionales, los trabajadores del “sector de construcción y obras públicas, obligatoriamente, deberán cubrir sus materiales de construcción, sus residuos, sus puntos de acopio y humedecer el terreno en el que operan”.

Ya que “desde varias entidades del Distrito, y con el apoyo del Ejército, el cuerpo de Bomberos y el Idu vamos a estar humedeciendo las vías, particularmente en el suroccidente. Puesto que el 67% del material particulado que hay sobre Bogotá es material resuspendido. Lo que quiere decir que cada vez que se mueve un carro o hay viento el polvo que está en el piso se vuelve a levantar”.

Quienes no cumplan con las nuevas medidas se expondrán a cuantiosas multas, y otro tipo de sanciones. Dichas restricciones quedaron en firme desde el lunes (27 de febrero), pero funcionarán a partir del martes (28), particularmente, para el caso del Pico y Placa; sin embargo, de ser posible, deben empezar a implementarse desde el mismo lunes.

Antes de conocerse las restricciones obligatorias que regirán durante la próxima semana, la alcaldesa mayor, Claudia López, propuso algunas medidas voluntarias, para evitar que tuvieran que establecerse otros mandatos:

“La calidad del aire sigue muy regular. Esta semana le pedimos y agradecemos a todos los ciudadanos que voluntariamente puedan abstenerse de usar todo tipo de vehículo contaminante. A las personas con vulnerabilidades respiratorias les recomendamos usar tapabocas. #AlertaAmbiental”.

Lo anterior, luego de que el viernes, 24 de febrero, se declarara una nueva alerta ambiental en Bogotá, a raíz del material particulado que fue arrastrado a la ciudad, desde los incendios forestales en la Orinoquía colombo-venezolana y en los Llanos Orientales.

Al no haber un impacto positivo en la calidad del aire, en los últimos días, las autoridades distritales tuvieron que cambiar de estrategia, luego de que el pronostico empeorara, lo que, a grandes rasgos, indica que los incendios forestales en las regiones siguen generando aportes significativos en la cantidad de material particulado que se percibe en la ciudad y, que a la larga, podría afectar el estado de salud de los bogotanos.

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