En medio de la construcción y otras excavaciones de la vía de cuarta generación “Pacifico 1″, en inmediaciones al municipio de Bolombolo, en Antioquia, un grupo de arqueólogos encontró una urna fúnebre de una bebé indígena.
De acuerdo con los primeros datos esbozados de este hallazgo, que es el primero en su especie, la urna fúnebre data de hace 1.640 años de antigüedad, lo que genera gran felicidad al grupo de profesionales que encontraron esta invaluable muestra cultural.
Los especialistas afirman que la urna es de un periodo situado en el año 300 d.C (Después de Cristo) en el que no solo se encontró este objeto fúnebre en excelente estado de preservación, sino también los restos óseo de la pequeño y de una mujer, al igual que otros objetos.
Una de las cosas que más asombró a los investigadores es que el resto óseo del bebé estuviera completo, pues –de acuerdo a las tradiciones de esa época y comunidad– se solía incinerar los cuerpos y sus cenizas eran puestas en la urna con el fin “que esta persona pudiera renacer en otro mundo”. El infante en el momento de su muerte tendría entre 9 y 12 meses de edad, y –al parecer– una de las causas de su muerte habría sido una anemia debido a la coloración violeta de su dentadura.
Sobre la mujer que fue encontrada cerca a la urna fúnebre del infante, se habla que tendría entre 30 y 40 años, y que tenía problemas de desnutrición debido a que sus huesos indicaba una dieta rica en grano, pero carente de proteínas.
Para quienes preguntan: “por qué la mujer estaba al lado de la urna del bebé”, los expertos dieron respuesta al comparar muestras de ADN de las dos, esta arrojó que eran madre e hija. De acuerdo con estudios de las comunidades indígenas de la costa señalan que cuando un adulto moría, y había menores quienes dependían del difunto, se hacía un ritual de sacrificio de los infantes, porque dichos niños –en este caso de una bebé– podían generar una carga a la comunidad.
“El enterramiento de la niña fue distinto, porque la comunidad quiso que su tránsito a otro mundo no intercediera en el mundo de los vivos”, señaló para El Colombiano el arqueólogo Breshnev Villada Gómez, sobre este descubrimiento que tiene fascinado a los expertos en la materia.
Este tipo de trabajos es muy común en cualquier obra de infraestructura de un país –sobre todo en la construcción de vías–, donde un grupo de especialistas realizan ciertas excavaciones con el fin de preservar material arqueológico que se pueda encontrar en la zona.
De acuerdo con información de Covipacífico, consorcio encargado de la obra de Pacifico 1, desde el departamento de Caldas hasta el municipio de Bolombolo, han realizado estas excavaciones arqueológicas preventivas que ya ha arrojado buenos resultados, pues han encontrado objetos como lo son utensilios, herramientas y hasta parte de viviendas.
Los anteriores hallazgos son muy importantes para la comunidad de historiadores y de científicos que buscan recrear los entornos que existieron hace cientos de años en los diferentes territorios colombianos, que se pueden dar con pruebas, como carbono, análisis de ADN y de procedencia, para saber de dónde sacaban las materias primas para sus construcciones y otras fabricaciones.
Breshnev Villada Gómez, arqueólogo de la empresa Arqueológicas y encargado de los hallazgos en la autopista Pacífico 1, aseguró a El Colombiano, que no pretende identificar con un nombre en específico a los habitantes de aquellos años de suroeste de Colombia, ya que muchos de sus nombres –con los que no se identificaban– fueron dados por los colonizadores españoles.