El presidente Gustavo Petro se reunió con 18 congresistas y figuras de la política de los Estados Unidos y durante el encuentro expuso un “pacto por la vida”, basado en el tránsito a las energías limpias y cambios en la lucha contra las drogas. La reunión fue organizada por la fundación Aspen en Cartagena de Indias y se desarrolló el 23 de febrero.
El discurso del mandatario de los colombianos se orientó en tres direcciones, la primera señalar la necesidad del tránsito a un nuevo modelo energético; la segunda, cambiar la política pública en torno a la lucha contra las drogas y finalmente, planteó a los asistentes las prioridades de su gobierno en relación con la política interna.
Sus propuestas se enmarcaron en torno a lo que denominó “un nuevo pacto”, el cual debería basarse en los procesos de diálogos y entendimiento entre las Américas, que están divididas, en su criterio, entre las del norte y las del sur, siendo las primeras productoras de gases de efecto invernadero, mientras que las del sur cuentan con los ecosistemas necesarios para la absorción de C02.
“En el norte hay una enorme necesidad de descarbonizarla economía. Sin eso, la humanidad no avanza, no vive, se extingue el planeta. En el sur, tenemos la mayor potencialidad energética. Simplemente interconectando las redes de energía de los países podríamos complementarnos en un nuevo pacto, que sería un Pacto por la Vida”, expresó el mandatario durante el encuentro.
En relación con la lucha contra las drogas, el mandatario citó a editoriales de medios norteamericanos que argumentan el “fracaso” de la guerra contra las drogas después de 50 años de experiencia, responsabilizando al enfoque dado.
“Este es el resultado de una política pública que hace énfasis en la represión y la criminalización”, afirmó al respecto.
Durante la reunión expresó que hay una involución en el proceso, la cual es evidenciada en la crisis de adicción al fentanilo que se reporta en los Estados Unidos. Mientras que en las naciones del sur la guerra contra las drogas ha dejado miles de muertos, desestabilización democrática y corrupción, en alusión a los problemas sociales ligados a la producción, procesamiento y tráfico de estupefacientes.
“¿Seguimos por el mismo camino? Porque pueden pasar otros 50 años y no estaremos nosotros, pero si las cosas siguen como vienen en estos primeros 50 años, los próximos 50 serán peores”, dijo el presidente Gustavo Petro.
Su propuesta sobre este campo fue la de recortar los gastos de represión y redirigirlos hacia la prevención del consumo, pero matizó que esa decisión debe ser tomada en conjunto por el mundo y los Estados Unidos.
“Es un debate abierto y las decisiones serán lentas, pero es el contexto de mirar qué hacemos en Colombia”, manifestó al respecto.
En relación con las prioridades de la política interior del país, Petro dijo en el encuentro que la central es sacar al país de los ciclos de violencia en los que se encuentra inmersos, por lo que durante su gobierno implementará el Acuerdo Final de Paz firmado en 2016, y avanzar en pro de la ‘paz total’, que considera es la clave para combatir el peor mal de la sociedad colombiana, la desigualdad.
“Esa desigualdad social es la cuna que motiva la violencia y yo creo que es la cuna que dio origen a estas interacciones con economías ilegales”.
Al final de su intervención se refirió a los campesinos cultivadores de coca, a quienes consideró claves en el proceso de sustitución de cultivos, tanto por convertirse en una alternativa para enfrentar a las industrias ilegales del narcotráfico, como por su potencialidad para reactivar la industria agraria en el país.