Christian David Guzmán gana un salario de más de nueve millones de pesos mensuales gracias a su cargo de coordinador de la Unidad de Trabajo Legislativa (UTL) de Susana Boreal, representante a la Cámara por el Pacto Histórico y su pareja sentimental.
A esta situación, se suma el hecho de que no cuenta con un título profesional universitario o estudios que sustenten el monto de ese salario, pero debido al rol que ocupa se ha convertido en una figura de interés público.
Bajo estas premisas, el diario El Colombiano desarrolló una investigación sobre los antecedentes académicos y experiencia que posee Guzmán, en el reportaje se reveló que el joven fue expulsado de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, donde cursaba el pregrado de Ciencias Políticas, debido a su bajo rendimiento académico.
También se expuso su paso por el movimiento social, en concreto por las organizaciones estudiantiles, las cuales le permitieron llegar a socializar en las esferas cercanas al Pacto Histórico, que le habrían permitido ostentar su actual cargo.
El medio antes citado tuvo acceso al historial académico del joven. En la documentación recolectada se evidencia que durante sus primeros semestres mantuvo una nota media entre los 4 y 5 puntos, en Colombia el sistema universitario evalúa en la escala de 1 a 5 puntos.
Este nivel se habría mantenido hasta el primer semestre de 2017, cuando el paro estudiantil interrumpió el cronograma académico, momento en que Guzmán ocupó el cargo de vocero de la protesta social en la capital de Antioquia, cargo al que llegó gracias a su vinculación a la Unión Nacional de Estudiantes de Educación Superior (UNESS).
Parte del proceso de organización social incluyó la elección de delegados nacionales que tendrían la capacidad de negociar directamente con el gobierno del entonces presidente Iván Duque y en esa coyuntura el hoy coordinador de UTL postuló su nombre.
Sin embargo, no logró ser elegido, lo que no le impidió continuar interviniendo en espacios del movimiento estudiantil, pero en consecuencia, su desempeño académico bajó, llegando a notas máximas de 2.5 en 2018.
“El tipo era un revoltoso. Siempre buscaba la manera de sabotear las clases desde el discurso. Era vocero del movimiento estudiantil de la UNEES, tuvo unos períodos en los que no asistía a clases y tampoco presentaba trabajaos”, declaró una de sus compañeras de clases para El Colombiano.
Su promedio acumulado llegó a 2,9 y en consecuencia la Universidad Nacional lo expulsó, pues dentro de sus estatutos (artículo 44) el centro exige a los estudiantes que su promedio no baje de 3 para continuar cursando sus carreras, solo concluyó cinco semestres.
Pero su participación en el movimiento estudiantil ya le había permitido insertarse en los círculos del activismo social, donde fue promotor de las protestas sociales de 2019, El Colombiano subrayó que fue en este momento cuando conoció al entonces senador Gustavo Bolívar, que le habría certificado la experiencia laboral que le permitiría ocupar su actual cargo.
Guzmán, también aseguró que durante su paso por el movimiento social ejerció funciones en el manejo de recursos de cooperación internacional y contactos estratégicos con congresistas de ese periodo, tareas que estarían incluidas en su experiencia laboral.
La situación resulta particularmente crítica, porque en las últimas horas han salido a la luz varias denuncias de exmiembros de la campaña de Boreal y su UTL, de precariedad y abuso laboral, así como maltratos psicológicos.
Entre los denunciantes se encuentra Juan José Yela, que en su momento se desempeñó como secretario de campaña y asistente personal de Susana Boreal a la Cámara de Representantes. Yela señaló que trabajaba con la candidata por la promesa que ella representaba en la política colombiana de darle voz a las generaciones jóvenes del país; pero en “las visitas a los territorios se centraban en sonreír y hacer promesas falsas
Otro de los denunciantes es Andrés Tobón, conocido como El Negro, que manejó las comunicaciones en la campaña de la representante. En sus redes sociales manifestó que se apartó recientemente del proyecto por sentirse “utilizado” y por no recibir el pago que se le prometió.
“Trabajé en la UTL de Susana Boreal, creí en ella. Me desilusioné. Me maltrataron a mí y a todos mis colegas. Lo de la marihuana y su vida amorosa no debería ser un tema. Pero lo de su falta de ética laboral sí”, escribió Laura Matyášová, otra joven que trabajó en la UTL de la representante en su cuenta de Twitter. Además, los denunciantes señalan que hay más personas que prefieren realizar el respectivo proceso legal de manera anónima.