En dos casas ubicadas en zona rural de Córdoba, Bolívar, fueron encontradas por la Policía de Carabineros y la Sijín (Seccional de Investigación Judicial y Criminal) más de 1.300 tortugas y 200 iguanas que iban a ser comercializadas en el mercado negro, luego de hacerle seguimiento a organizaciones dedicadas al tráfico de animales y recibir varias denuncias ciudadanas. Así lo aseguró la emisora Blu Radio.
Los animales estaban soportando un gran hacinamiento en un espacio sucio y oscuro. Algunas de las iguanas tenían sus extremidades amarradas.
El coronel William Castaño, director de la Policía de Carabineros, detalló que los traficantes ilegales sacaban a estas especies de sus hábitats naturales y los trasladaban a estos centros de acopio para posteriormente coordinar su venta en Bolívar, Atlántico, Sucre y Cesar.
“Allí almacenaban tanto los animales como su carne o huevos, que suelen ser vendidas en vísperas de la Semana Santa. Este procedimiento permite proteger los recursos naturales, en especial de la tortuga hicotea que aporta a la conservación de la Ciénaga Grande y se encuentra en gran riesgo de extinción”, dijo el coronel.
Durante los allanamientos, en los que también participó la Fiscalía y el Gaula militar, fue capturada una mujer que se encargaba del almacenamiento de los animales. Según estimaciones de las autoridades, los traficantes de fauna podían obtener hasta 500 millones de pesos por esta actividad anualmente.
Según la ONU, el tráfico de animales silvestres es el cuarto negocio ilegal más rentable del mundo y una de las mayores causas de la pérdida de biodiversidad, pudiendo llegar generar unos 23 billones de dólares anualmente. Colombia es uno de los países donde más se ve esta actividad al ser el segundo país más biodiverso del mundo con cerca de 67 mil especies entre animales vertebrados, invertebrados, plantas y hongos.
De igual forma, es el primer país con más diversidad de aves, orquídeas y mariposas, el segundo con más especies de plantas, anfibios, y peces de agua dulce, y el quinto en mamíferos.
En 2021, el Ministerio de Ambiente registró la incautación de 18.636 individuos de fauna y 282.147 de flora. Entre los animales más traficados, según El Fondo Mundial para la Naturaleza ― WWF ― (World Wide Fund for Nature), destacan los pericos y canarios, las tortugas, cocodrilos, serpientes, monos y felinos.
Algunos son capturados por la demanda que hay tanto a nivel nacional como internacional de algunas partes de sus cuerpos, como pieles, patas o dientes. Otros, para ser puestos en cautiverio y exhibirlos por su aspecto como si fueran mascotas.
Muchos de estos animales, por sus condiciones, tamaños o dietas, no deben ser retirados de su hábitat. En Colombia existen leyes que autorizan a la ciudadanía disponer de perros, gatos, ratones, algunas aves y peces, hámster, gallos, gallinas, vacas (según el espacio) para ser considerados como especies de compañía o trabajo; a su vez, especifican cuáles especies no deben ser retirados de su hábitat natural para el cuidado tanto de estos animales, como de las personas y el medio ambiente.
Al respecto, la Secretaría de Ambiente de Bogotá detalló una lista de los animales más traficados y tenidos de forma ilegal en la ciudad, los cuales son comercializados para disponer de estos como animales de compañía.
Según la entidad ambiental distrital especies como loras, tortugas, monos cariblancos, pericos carisucia, tarántulas, serpientes, entre otros, son los animales silvestres que más se comercializan y se tienen ilegalmente como mascotas.
Cindy Leguízamo, profesional de la Subdirección de Flora y Fauna Silvestre de la Secretaría de Ambiente, explicó que “los animales se adquieren clandestinamente a través de traficantes o intermediarios que comercializan las especies por debajo de cuerda”.
Al ser una actividad ilegal, la Secretaría de Ambiente precisó que los mecanismos empleados para la extracción, transporte y comercialización son crueles, lo que determina que muchos de estos mueran y sean pocos lo que logran llegar con vida a su destino.
Según esto, las especies que no deben ser consideradas como animales de compañía son:
Reptiles silvestres.
Aves silvestres.
Arañas.
Serpientes.
Felinos silvestres.
Monos
Entre otras especies que puedan resultar peligrosas para la integridad física de las personas.