Hace algunos meses, tras la entrevista que dio el exsenador Gustavo Bolívar a la revista Semana, se levantó un escándalo importante al interior del Congreso, pues el exfuncionario publicó aseguró que conocía casos, no solo de acoso contra trabajadoras al interior de la institución legislativa, sino que sabía que se estaba dando un posible negocio de trata de personas. Luego de su renuncia como senador del Pacto Histórico y volver a su oficio anterior como escritor, Bolívar volvió a hablar con el medio colombiano y aseguró que lo más complicado es que las víctimas no quieren denunciar, pues tiene miedo.
Recordemos que las palabras del libretista trascendieron tanto que en ese momento se abrieron diferentes investigaciones por parte de la Corte Suprema, la Comisión de Ética del Senado, la Procuraduría General de la Nación, y la Fiscalía General de la Nación; y hasta hoy siguen abiertas buscando personas que quieran confirmar o se pueda demostrar que la denuncia no tiene fundamento.
Por su parte, el político, que parece ser una de las opciones del Pacto Histórico para presentarse como candidato a la Alcaldía de Bogotá, ha mencionado que sigue pendiente de que alguien quiera dar a conocer su caso, pero que entiende el temor de las personas afectadas porque se encuentran en desventaja ante sus victimarios.
“En el tema del acoso ha sido muy complicado porque ustedes mismos, que intentaron conseguir nombres e hicieron la tarea, trataron de llegar al fondo del asunto y no pudieron porque se estrellan con el mismo inconveniente que tengo yo y es que las víctimas no dan la cara. Y no dan la cara porque enfrentar a estos poderes, a estos poderosos, es muy complicado y más para personas como ellas, que no están en igualdad de condiciones ni económicas ni de poder para poderlas enfrentar”, señaló el político a la revista colombiana.
A guion seguido, Bolívar aseguró que es complejo que las personas involucradas no hablen, pues, estaría triunfando el comportamiento delictivo de algunos miembros del Senado y que el protocolo anunciado hace poco por sus compañeros de movimiento, María José Pizarro, Roy Barreras y David Racero no va a prosperar.
“Lastimosamente, se está perdiendo una gran oportunidad para que este tema, que es tan sensible hoy, pueda salir a la luz pública y que esta práctica desaparezca, en la medida que triunfen los abusadores por el silencio de las víctimas, por el miedo de algunas... esta práctica va a continuar y las víctimas se retractan. Por la hoja de ruta yo no creo en la ruta que creó el presidente, que es congresistas investigando congresistas, eso nunca funciona porque ahí aparece el amiguismo y eso no pasa nada”, señaló el libretista y agregó que se encuentra trabajando con algunas organizaciones sociales especializadas en temas de género para que puedan atender a las víctimas sin que sientan temor ser victimizadas o que sus casos no prosperen.
En este sentido, explicó que la razón del fracaso de la ruta del congreso es porque de compartir tanto tiempo entre los congresistas y sin importar sus posturas políticas, se comienzan a crear “amiguismos”: “Entre amigos no se pisan. Es muy difícil llegar a la verdad, es una corporación donde hay tanta solidaridad de cuerpo”, puntualizó el exfuncionario del Pacto Histórico.