Siguen conociéndose casos de muerte por las precarias condiciones de salubridad a las que se enfrentan menores de las comunidades indígenas Emberá, Katio y Chami, reubicadas en la Unidad de Protección Integral (UPI) de La Rioja, después de haber pasado 226 días en un campamento improvisado, que instalaron en el Parque Nacional, el 29 de septiembre del 2021.
El último caso del que se tiene registro es el del pequeño de dos meses, Evao Leonival Arce, fallecido la noche del jueves, 16 de febrero, en el Hospital Santa Clara de Bogotá, de acuerdo con un informe del Distrito. Evao nunca habría salido de La Rioja, lo que haría de su caso una excepción a la advertencia realizada por la alcaldía, meses atrás, según la cual, los niños no estarían enfermando en la UPI, sino que, por el contrario, llegaron enfermos, después de una larga estancia en el campamento. Pero sus padres no habrían notificado en el albergue.
Antes de él, otros dos niños, de un año y siete meses, y de nueve meses, habrían muerto el 23 y 26 de enero, respectivamente.
El primero, identificado como Darkiel Arce Viricha, de la comunidad Emberá, fue encontrado una mañana sin signos vitales. Y el segundo, sin identificar, murió tres días después, debido a “cierta” condición que ponía su vida en riesgo desde el nacimiento.
En ambos casos, los menores fueron diagnosticados con malaria y atravesaron cuadros de fiebre y síntomas gripales, antes de su terrible desenlace.
“Las condiciones de salubridad y hacinamiento son lamentables y alarmantes. Esto se puede desbordar en cualquier momento, mucho se ha aguantado. Un baño para más de 1.300 personas, cúmulos de basuras, las heces fecales desbordan en todas partes”, denunció la lideresa y defensora de la comunidad Nasa, María Violet Medina, según referencia Blu Radio.
Durante su acompañamiento, de los últimos meses, ha denunciado en reiteradas ocasiones las terribles condiciones de higiene y la escasez de alimentos que obliga a las familias Emberá, Katio y Chami, a sobrevivir con una o dos comidas al día.
Por lo que, el Distrito, reiteró su llamado al Gobierno Nacional a redoblar sus esfuerzos para atender la crisis humanitaria que no terminó con el traslado, sino que cambió de escenario, del corazón de la ciudad a un albergue olvidado, en el centro. Ya que, ni ellos, ni las organizaciones de derechos humanos que han intentado reunir fondos y voluntarios para mejorar las condiciones de vida en La Rioja, han logrado prestar una atención integral a los más de 1.300 indígenas que no han podido regresar a sus territorios.
“Desde la Administración distrital se insiste en el llamado al Gobierno nacional para que reconozca e intervenga de manera integral la emergencia humanitaria de la comunidad emberá y haga seguimiento a la condición de salud de estas comunidades en sus territorios, dado que están llegando a Bogotá con avanzado deterioro en su salud”, comentó la alcaldía en su momento.
Durante los nueves meses que han pasado desde su llegada a La Rioja, tan solo se han hecho 259 valoraciones y 199 traslados a centros asistenciales. Lo anterior a pesar de haber efectuado 39 jornadas de salud con las que se lograron cerca de “4.160 atenciones en 15 servicios como medicina general, pediatría, ginecología, enfermería, odontología, pruebas rápidas de VIH y sífilis, pruebas de covid-19, vacunación, urgencias médicas y odontológicas, pruebas rápidas de embarazo, farmacia, regulación de la fecundidad, toma de citología, entre otros”.
Sin embargo, de seguir viviendo en condiciones insalubres, sin un buen servicio de alcantarillado, poco efecto surtirán las jornadas de salud que, hasta el momento, resultaron insuficientes, al menos para Evao y Darkiel.