Sobre las 6 de tarde del pasado 19 de febrero falleció en la Clínica Porto Azul, en Barranquilla, Elian José Piña Valdez, un niño de dos años que horas antes había ingerido gasolina. Hacia la 1:30 de la tarde de ese día llegó en estado crítico al centro de salud.
De acuerdo con el reporte de las autoridades, el menor se encontraba bajo cuidado de su tía debido a que sus padres habían ido a trabajar. En un descuido, tomó una botella en la que estaba envasado el combustible y lo bebió sin que nadie se diera cuenta a tiempo.
La tía llamó a la mamá del niño para avisarle que había tenido que llevarlo a urgencias. Según el parte médico, tuvo tres paros cardiorrespiratorios previos a su deceso final. El cuerpo fue levantado por personal de las Unidades Seccionales de Investigación Judicial y Criminal (SIJIN) y posteriormente trasladado a los predios de Medicina Legal
Por lo pronto, la Policía de Infancia y Adolescencia asumirá la correspondiente investigación, a la que estará vinculada la tía.
Este reciente hecho trae a la memoria lo sucedido hace unos días, el pasado 15 de febrero, cuando un verdadero susto se llevaron los habitantes de un conjunto residencial en el municipio de Soledad (Atlántico), luego de que un niño de año y medio cayera de uno de los apartamentos que se ubican en el séptimo piso, a casi 15 metros de altura.
De acuerdo con la versión entregada por la madre del menor a las autoridades, se encontraba ocupada en los oficios diarios del hogar cuando, en medio de un descuido y de manera repentina, su hijo se acercó al balcón y cayó al vacío.
“La madre no observó al menor cerca del balcón, que tenía las puertas abiertas, mientras realizaba labores domésticas”, dice el reporte preliminar de la Policía municipal, según informó El Heraldo.
De manera inmediata, el niño fue trasladado al hospital Universidad del Norte, donde indicaron que a pesar de estar en condición estable, su pronóstico es reservado.
“El paciente se encuentra en condición estable, sin embargo, se encuentra bajo estricta vigilancia y bajo pronóstico reservado, ya que las circunstancias descritas en relación con la forma como ocurrió el aparente accidente, pues así lo justifican. El hospital ha dispuesto todo su equipo profesional y tecnológico para atender todos los requerimientos de este caso”, indicó Diego Castresana Díaz, director ejecutivo del centro médico, a la emisora Blu Radio.
De igual manera, la Policía de Infancia y Adolescencia, así como el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, se apersonaron del caso y harán el seguimiento necesario para establecer las verdaderas circunstancias del accidente.
Una situación similar tuvo lugar en Barranquilla el pasado 28 de noviembre, cuando una niña de tan solo dos años se asomó al balcón de un apartamento ubicado en un quinto piso y cayó al perder el equilibrio. En ese momento, al parecer, estaba al cuidado de dos adultos.
Sin embargo, la pequeña, que había llegado días antes a la ciudad para pasar la época decembrina con su familia, no contó con la misma suerte del bebé de Soledad y, luego de pasar varias semanas internada en cuidados intensivos, murió.
Jairo Quiróz, director de la Clínica Reina Catalina, donde se encontraba internada la menor, confirmó que su fallecimiento se presentó a raíz de las heridas que sufrió durante la caída, entre las cuales se encontró un trauma craneoencefálico severo.
“Desde que la niña llegó estaba en un coma profundo del cual nunca se recuperó. Hace aproximadamente 15 días empezamos a hacerle hemodiálisis, ya que también tenía compromisos metabólicos y renales”, manifestó el director del lugar a medios locales.