Nueva hipótesis del homicidio de Juliana Giraldo: defensa de soldado acusado asegura que fue asesinada a quemarropa antes del retén

La madre de la víctima se sostiene en la idea de que fue un soldado el que asesinó a su hija y que ella no venía muerta en el carro antes del retén

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Mientras analiza la situación, para el momento, la conclusión sigue siendo la misma: que Saavedra habría asesinado a Juliana
Mientras analiza la situación, para el momento, la conclusión sigue siendo la misma: que Saavedra habría asesinado a Juliana

El 24 de septiembre del año 2020 se conoció de la muerte de Juliana Giraldo Díaz, una mujer trans de 38 años de edad que falleció en medio de un retén realizado por parte de uniformados del Ejército Nacional en Miranda, Cauca. Dos años después se conocen nuevos detalles de lo que ronda la investigación. Lo que busca esclarecer la autoridad es si a Julianita le dispararon a quemarropa. Aunque, hasta el momento la teoría es que un soldado la asesinó; pruebas forenses le darían un giro a la historia.

De acuerdo con lo que revela un estudio realizado por parte de Medicina Legal, el cuerpo de Juliana tiene marcas que dan a entender que habría sido atacada a una distancia muy reducida. Cristian Saavedra, soldado acusado de dispararle al carro en el que se movilizaba Giraldo Díaz con su pareja, Francisco Larrañaga, ha venido diciendo que Juliana ya venía muerta en el carro.

Esta es uno de los principales argumentos que tiene la defensa del soldado Saavedra. Para el momento de los hechos, según ha comentado el mismo soldado, se solicitó a la pareja que iba en el carro detenerse en el retén. En medio de una misteriosa maniobra, dice el uniformado, Larrañaga, que iba conduciendo, se desvió y evitó la orden de la autoridad, por lo que Saavedra habría tomado la decisión de accionar su arma de fuego.

La madre de la víctima se sostiene en la idea de que fue un soldado el que asesinó a su hija, y que ella no venía muerta en el carro antes del retén
La madre de la víctima se sostiene en la idea de que fue un soldado el que asesinó a su hija, y que ella no venía muerta en el carro antes del retén

“La ausencia de tatuaje en la piel y presencia de tatuaje alrededor de la tabla externa del occipital, permite concluir que se trata de un disparo de contacto firme. Por lo tanto, la distancia entre el punto de contacto y la boca del arma es 0″, se lee en el documento firmado por el médico y cirujano formado en el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, Jairo Castro Muñoz.

El abogado del soldado Saavedra, José Luis Villafañe, comentó que el informe balístico y médico forense evidencian que el disparo que causó la muerte de Juliana se produjo en contacto directo con su cuerpo, lo que se demuestra gracias a la marca que quedó en el hueso occipital de la víctima. “Quedó patente la huella gris de ahumamiento, que únicamente se produce por disparo a contacto”, recalca.

“Igual sucede con la herida en forma de estrella en la epidermis que confirma el disparo a contacto, porque la boca del arma al contacto con la piel, al traspasar la bala arrastra los gases, se infla la piel en efecto de bolsillo, acumulándolos y terminando con el rompimiento de la epidermis en forma de estrella, tal como se ve en fotos de la autopsia”, añade.

Como consecuencia de la presentación de estos argumentos y pruebas, la Fiscalía le solicitó pidió al Juez un periodo de tiempo de 30 días para que sus peritos balísticos y médicos analicen los informes técnicos de la defensa, esto con el fin de tomar decisiones sobre el curso del proceso. Mientras analiza la situación, para el momento, la conclusión sigue siendo la misma: que Saavedra habría asesinado a Juliana.

“Yo sé que a ella la mató el soldado Cristian Saavedra, él fue quien disparó (...) conozco las pruebas de la Fiscalía. Yo conozco las fotos de Juliana el mismo día de la muerte, y ella se ve tranquila, como dormida, su cuerpo está fresco, no como si llevara varios días sin vida”, detalla la madre de Juliana, Gloria Díaz, en testimonios recopilados por Semana.

De acuerdo con lo que argumenta la defensa de Juliana y su familia, las acciones del soldado violan los derechos humanos y el Derecho Internacional Humanitario “por la condición de civil de la víctima. En ese orden, la competencia la debe llevar la justicia ordinaria”.

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