El pasado 20 de septiembre de 2022, Sonia Bazanta Vides, más conocida en la industria musical como Totó la Momposina, anunció su retiro de los escenarios a los 82 años y tras una vida dedicada al rescate de los ritmos tradicionales.
En ese momento, la familia de la artista colombiana señaló que Bazanta estaba enfrentando “dificultades neuro-cognitivas” que le impedían seguir desempeñándose como cantante y señalaron que la última vez que se le vería sobre un escenario sería el 24 de septiembre en el Festival Cordillera.
La noticia se dio el 19 de septiembre de 2022 en el Teatro Mayor Julio Mario Santodomingo, en Bogotá, cuando se llevaba a cabo un homenaje a Totó la Momposina por sus 82 años, cumplidos en el mes de agosto, y por el lanzamiento de la tercera edición del libro Totó: Nuestra diva descalza, de Patricia Iriarte.
Precisamente, cinco meses después del retiro de Totó la Momposina, Infobae Colombia habló con la escritora y periodista Patricia Iriarte sobre su obsesión con Sonia Bazanta, la cual la llevó a escribir un libro sobre su vida y obra, al cual ha tenido que regresar en dos ocasiones para agregar nuevos detalles que pasaban en la vida de Totó. En la última edición, Iriarte regresó a su historia para narrar en sus páginas que a Sonia Bazanta le habían diagnosticado Alzheimer y que se retiraría de los escenarios.
“Cuando comencé a trabajar en la tercera edición no tenía idea que Totó iba a tener que retirarse, eso fue una coincidencia total. Descubro en medio del trabajo que Totó tiene problemas de salud, desde antes de la pandemia, con la pandemia se agudizan y en 2021 recibe su primer diagnóstico, eso empieza a ser parte de la historia, pero no se hablaba todavía de un retiro”, señaló Patricia.
Totó: Nuestra diva descalza es un libro que nació para llenar un espacio vacío en la historia de la música colombiana, espacio que le correspondía a una mujer que dedicó su vida a resaltar los sonidos tradicionales del porro, la cumbia, el chandé, el bullerengue, entre otros. Patricia Iriarte es una sucreña que conoció a Totó y su talento desde muy pequeña, pero cuando como periodista se interesó en conocer más sobre su historia y no encontró nada, decidió llenar ese vacío.
“Desde que tengo memoria recuerdo verla en televisión. Desde los 8 o 9 años comencé a fascinarme con esa figura, su personalidad, su voz. Seguí toda su carrera y cuando estuve grande trataba de ir a sus presentaciones en Bogotá entre 1982 y el 2000 me quedaba fácil asistir a algunas de las presentaciones que hacía en la Universidad Nacional”, recordó.
Retomar la historia
Fue en el año 99 en el que Patricia Iriarte se dio cuenta de que, más allá de notas de registro en medios de comunicación, sobre la historia e importancia de Totó la Momposina no había realmente información. “Hice un proyecto para una convocatoria de estímulos del Ministerio de Cultura en una beca de periodismo escrito y me la gané. Entonces pude completar la investigación que venía haciendo, hacer un viaje por la región a los sitios que ella había recorrido, por lo menos a una parte de ellos, y sentarme a escribir ese reportaje biográfico”.
Así nació la primera edición del libro que se publicó en el año 2004, con una investigación que se emprendió en 1999. En esa primera edición Iriarte no solo narró las historias de la familia de Totó y la tradición que su madre, Livia Vides, le transmitió a todos sus hijos; sino los viajes que Sonia Bazanta realizó a diferentes pueblos para recuperar los ritmos tradicionales.
“La Totó, como la llaman con frecuencia, tiene una historia que repite la historia misma de nuestro país, lo cual la hace sentir orgullosa, pero también maltratada”, narra la escritora en las primeras páginas de su libro; anticipando desde ese momento que no solo se habla de música en ese relato biográfico, sino del amor familiar, las injusticias, el reconocimiento internacional -que pareció ser primero que el nacional-, el amor y los desamores a lo largo de los 82 años de vida.
En el 2011, otra editorial se interesa en la historia y le pide a Patricia Iriarte que agregue nueva información a la misma y sale rápidamente una segunda edición que, esta vez, incluía una entrevista más a la cantante. “Yo seguí trabajando en otras cosas, siempre pendiente de ella, y en 2017 decido retomar nuevamente la investigación porque me parecía impresionante que, seis años después, ella seguía y seguía trabajando”.
Finalmente, en 2021, la editorial Planeta se interesa en el trabajo actualizado de Iriarte, recalcando que pasados casi otros 10 años, Totó la Momposina seguía en los escenarios. Preparando esa tercera edición llega la pandemia por el covid-19 y el Eclipse de sol -como se refiere Iriarte en su libro, en el capítulo 8, a la enfermedad de la cantante- que sacaría a la artista de los escenarios.
“Totó es un patrimonio, un patrimonio cultural inmenso. Es una figura capital en el desarrollo de la música tradicional colombiana y de la música en general, creo que la influencia de Totó irradió más allá de los géneros tradicionales y folclóricos ... Ella hizo investigación e hizo rescate, eso es un trabajo de rescate, de proyección y finalmente de renovación”, recalcó Iriarte sobre el trabajo de Totó la Momposina en la música colombiana.
El confinamiento por la pandemia afectó la salud de muchas personas, paradójicamente lo que protegía del virus afectaba el desarrollo de la vida social y la salud mental. Desde antes a Totó le pasaban algunos ‘descaches’ en ensayos o presentaciones que ella llamaba jocosamente “jeringonza”, cuando olvidaba líneas o se saltaba estrofas enteras de sus canciones, pero esta situación empeoró cuando a la artista le quitan los escenarios y la interacción con su público.
Totó fue diagnosticada en Francia, en abril de 2021, con Alzheimer en grado moderadamente severo y según narró su hija Eurídice a Patricia Iriarte, “quedarse de un momento a otro sin hacer absolutamente nada, todo eso la afectó”. Cuando Sonia Bazanta regresó a Colombia, en 2022, la familia de la mujer decide que se prepare una despedida.
“Eso se empezó a pensar luego de Lollapalooza, ella tuvo dos conciertos, uno irregular y otro bien. Había ya una presión por parte de su hija Eurídice y de varios amigos muy cercanos a Totó que ya estaban diciendo, ‘oiga, tal vez ya hay que parar los conciertos masivos, hay que pensar en otro tipo de cosas’ y entonces comienza a prepararse un evento que fue el 19 de septiembre en el Teatro Mayor”, donde se anunció su retiro.
Sin embargo, parecía que a Totó la Momposina le faltaba despedirse de su público desde el escenario, por lo que se programó su presentación en el Festival Cordillera. “Faltaba que ella se despidiera en tarima y es cuando entonces hace su show en Cordillera, que hace básicamente dos canciones, muy acompañada y muy asistida por las otras cantantes”.
El trabajo que implicó iniciar una investigación en 1999 y retomarla cada ciertos años, para Patricia Iriarte es “un reto muy grande profesional y humano. Es una responsabilidad con la confianza que ella y toda su familia me depositó para contar su historia y, aún así, eso no es todo ... sería interesante recoger las labores de Totó en Europa, en México, las huellas de Totó en el mundo”. Por el momento, descartó que Totó: Nuestra diva descalza tenga una cuarta edición.
“Totó siempre tuvo el sueño de escribir ella misma sus memorias, pero nunca se pudo sentar a hacerlo ... Esto para mí ha sido un privilegio, soy afortunada de haber tenido la oportunidad de acercarme a ella para prestarle mi voz y mis palabras”, reveló Patricia Iriarte a Infobae Colombia.
La deuda con Totó
Por muchos años, Patricia Iriarte consideró que Colombia tardó en reconocer su trabajo. “El país se tardó mucho en reconocerla, pero finalmente sí hubo reconocimientos por parte del Ministerio de Cultura, también el Premio Vida y Obra, pues esas simbologías que la institucionalidad tiene para resaltar a sus valores culturales”; sin embargo, todavía que considera que lo que falta es que “la gente se apropie mucho más de la música, de ese legado”.
A pesar de ello, la escritora considera que en las generaciones más jóvenes quedó la bandera que alzó por varias décadas Totó la Momposina. “Totó hizo una labor tan grande que hay toda una generación de músicos jóvenes en los que yo confío mucho para eso. Uno lo veía en los conciertos, hasta en los de Rock al Parque, donde había una acogida cálida y un respeto sincero por su trabajo por parte de las generaciones jóvenes; ahí es donde yo creo que está el legado”.