Delegación del ELN pidió al Gobierno colombiano la ubicación y entrega de los restos de Camilo Torres

Que entreguen los restos del cura Camilo Torres. Ese fue el pedido de la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional —ELN— con motivo del aniversario 57 de su muerte, ocurrida en su primer combate desde las filas de la guerrilla que actualmente negocia un acuerdo de paz con el Gobierno nacional.

De acuerdo con la comitiva liderada por Pablo Beltrán, el Estado es el principal responsable de la desaparición del cuerpo del sacerdote, que cayó abatido en Patio Cemento, Santander, el 15 de febrero de 1966, y si bien la imagen de su cadáver apareció en todos los medios del país, sus restos nunca fueron hallados.

Al respecto, Beltrán también anunció desde México que “esta es una gran oportunidad para Gustavo Petro de demostrar el compromiso con la memoria y con las víctimas de este conflicto armado, de las que Camilo es un símbolo de dignidad y compromiso con la transformación social del país”.

De igual manera, la delegación manifestó que dicha petición la han realizado por años, pero nunca tuvieron una respuesta por parte del Estado; sin embargo, esperan que con el gobierno del presidente Petro este reclamo sí sea atendido. incluso, sugirieron que él debe “liderar personalmente” esas tareas de búsqueda.

Además, el jefe de la delegación del ELN argumentó que Camilo no solo fue “un estudioso de la realidad de dominación” que viven las personas de comunidades vulnerables; sino que también se desempeñó como “un sacerdote católico que por plena convicción y con la libertad de su voluntad y sacrificio, dejó a un lado las comodidades de su clase social para hacerse guerrillero”.

Por su parte, Antonio García, primer comandante de esta guerrilla, también se refirió a la muerte del sociólogo, investigador y docente. En su cuenta de Twitter, recordó parte del legado de Camilo citando algunos apartados de su texto “en memoria de Camilo Torres. Sacerdote hasta la eternidad” escrito en 2006 y publicado por el Centro de Estudios Miguel Enríquez de Chile.

García recalcó que “el pacto oligárquico del Frente Nacional llevó a Camilo a considerar que “la falta de dirigentes en un país se hace tanto más evidente cuanto más abultados y complejos son los problemas con que se enfrenta la sociedad” y recordó que una de las convicciones de Camilo se basó en la búsqueda de salidas distintas a la violencia para resolver los conflictos.

De acuerdo con el general (r) del Ejército Álvaro Valencia Tovar, los restos del sacerdote fueron escondidos en un lugar “impensable”. Según su testimonio, que hace parte del documental El rastro de Camilo, no quería que su cadáver se convirtiera en una bandera política, además porque en aquella época el país tenía un fuerte arraigo a la religión católica.

“Compré, con mis fondos, sin factura, una urna funeraria y lo sepulté en el sitio más inimaginable del mundo”, enfatizó el alto mando retirado, acentuando la duda sobre dónde quedó su cuerpo.

Existe la teoría que recogen los archivos de Señal Memoria e indican que su familia no ha recibido los restos, a la que se une lo que el mismo Valencia Tovar señaló varios años después del combate donde murió el sacerdote: que fue dejado en un mausoleo de la Quinta Brigada del Ejército con sede en Bucaramanga.

En ese sentido, el entonces presidente de la República, Juan Manuel Santos, ordenó en enero de 2016 la búsqueda de aquel cofre con los restos del cura como gesto netamente simbólico en el marco del proceso de paz que se adelantó con la extinta guerrilla de las Farc en La Habana.

Además, la Fiscalía se comprometió en ampliar esta labor, pero siete años después no se tiene certeza sobre el cuerpo del líder que actualmente continúa siendo emblema de diversos sectores estudiantiles, sociales y políticos en Colombia. Ahora, la delegación del ELN le pidió a Petro encabezar esa labor.