La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha actualizado las cifras de generación de energías renovables. Dentro de los 10 países que más generan este tipo de energéticos se encuentra Colombia, que además sería el segundo mayor productor de Latinoamérica, de acuerdo con la escala presentada.
La estadística se elabora evaluando en que proporción estas energías renovables son de uso primario para las naciones. En ese sentido, la OCDE estima que casi el 30% de lo que se genera se usa directamente en la cotidianidad.
El país que lidera este escalafón es Islandia, con el 89%, seguido por Costa Rica con el 52%, tercero Noruega con el 51%, cuarto Suecia con el 46% y quinto Letonia que alcanza el 43%. Colombia se encuentra noveno registrando el 29%, superando a grandes potencias, por nombrar algunas: la Unión Europea, Reino Unido y Estados Unidos.
“La energía renovable se define como la contribución de las energías renovables al suministro total de energía primaria (TPES por sus siglas en inglés). Las energías renovables incluyen el equivalente de energía primaria de las fuentes hidroeléctricas (excluyendo el almacenamiento por bombeo), geotérmica, solar, eólica, mareomotriz y undimotriz. También se incluyen las energías derivadas de biocombustibles sólidos, biogasolina, biodiésel, otros biocombustibles líquidos, biogases y la fracción renovable de los residuos municipales”, detalla la OCDE.
Las cifras principalmente se alcanzan en Colombia por las centrales hidroeléctricas, seguido por las plantas de energía solar y eólicas. Estas serían las que se impulsarían con la denominada transición energética, que además de ser uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, es una de las banderas del gobierno de Gustavo Petro.
Plan Nacional de Desarrollo contempla energías renovables, pero no otorgará incentivos
La transición energética es uno de los ejes de transformación del país, así quedó consignado en el plan nacional de desarrollo. Precisamente el cuarto punto habla de las energías renovables “transformación productiva, internacionalización y acción climática”.
Este eje se contiene en el Artículo 3, y si bien busca que cada vez más actividades se realicen a partir de energías verdes, no detalla cómo se haría esta implementación. Lo que resalta es la expectativa que tendrían estas en la economía nacional:
“Transformación productiva, internacionalización y acción climática. Apunta a la diversificación de las actividades productivas que aprovechen el capital natural y profundicen en el uso de energías limpias, que sean intensivas en conocimiento e innovación, que respeten y garanticen los derechos humanos, y que aporten a la construcción de la resiliencia ante los choques climáticos. Con ello, se espera una productividad que propicie el desarrollo sostenible y la competitividad del país, aumentando la riqueza al tiempo que es incluyente, dejando atrás de manera progresiva la dependencia de actividades extractivas y dando paso a una economía reindustrializada con nuevos sectores soportados en las potencialidades territoriales en armonía con la naturaleza”.
Según los gremios del sector energético, algunos artículos tendrían efectos negativos, principalmente en el tema de la monetización. En entrevista con Portafolio, el presidente de la Asociación de Energías Renovables (SER Colombia), Alejandro Lucio, considera que el articulado no ayuda mucho con el proceso de transición:
“A pesar de que dentro de las políticas que ha propuesto este Gobierno para la aceleración de las energías renovables en el Plan Nacional de Desarrollo hay cosas que no se alinean muy bien con esas ideas”.
Gremios consideran que el PND va en contravía del proceso para acelerar la transición, principalmente por que la disposición actual no alienta la inversión por parte de las compañías, además que sigue siendo más barato la generación a partir de otros mecanismos.