El viernes 10 de febrero, el presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Luis José Rueda, pidió perdón a las víctimas de abuso sexual cometido por sacerdotes y aseguró que esto “un crimen, un delito, por lo cual estamos colaborando con la justicia civil entregando toda la información”.
Durante la Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, que se realizó en Bogotá, monseñor Rueda leyó una carta en la que reconoció las violaciones cometidas por sacerdotes colombianos. En ese sentido afirmó que:
“Con corazón de pastores reconocemos que todo caso de abuso sexual es un crimen, es un pecado grave, es un delito. Pedimos perdón a quienes han sufrido este flagelo y a todo nuestro pueblo”, manifestó.
Y después agregó que la iglesia asume “con firmeza y responsabilidad la debida atención a las víctimas y sus familias. Mantenemos nuestro compromiso para que en cada caso se haga justicia y se promuevan los protocolos de prevención que hagan de nuestras instituciones ambientes seguros y susciten la promoción de la dignidad humana y el encuentro con Dios”.
El periodista Juan Pablo Barrientos, que ha estudiado profundamente este tipo de casos, calcula que a pesar de que solo se podría saber si los archivos secretos de la iglesia se hicieran públicos, entre el 20 y el 30% de los sacerdotes en Colombia tiene denuncias por abusos sexuales a niños, niñas y adolescentes.
Ante los jerarcas de la iglesia, que se reunieron en la capital de la República, monseñor Luis José Rueda aseguró que la pederastia lo hace “sufrir”.
“Decirle a las víctimas que nosotros estamos dispuestos a acompañar espiritual, sicológicamente con la cercanía a las víctimas, a la familia, lo estamos haciendo y así queremos profundizarlo para que en Colombia estas situaciones que no se han hecho sufrir, y que han hecho sufrir a muchos miembros de la iglesia, no se repitan”, enfatizó.
En el mismo espacio, el secretario General de la Conferencia Episcopal Colombiana, monseñor Luis Manuel Alí, que anticipó que se haría el anuncio de perdón, dijo que “es necesario hacer concreto ese gesto de perdón en cada uno de los casos; estamos muy conscientes que eso es muy importante para las víctimas y fundamental en el proceso de reparación integral”.
Para hacerle frente a los casos de abuso sexual cometidos por sacerdotes, los obispos colombianos analizaron durante la Asamblea Plenaria del Episcopado el documento Líneas guía para la cultura del cuidado, que según monseñor Rueda, busca multiplicar esfuerzos “para hacer de nuestra Iglesia un hogar seguro para nuestros niños, niñas, adolescentes, jóvenes y personas vulnerables”.
En 2019 Barrientos publicó el libro Dejad que los niños vengan a mí, una investigación sobre pederastia y encubrimiento dentro del clero en un país donde la mayoría de la población es católica.
Aunque la iglesia trató de frenar la publicación del libro con acciones judiciales que no prosperaron, hasta la fecha, por lo menos, seis sacerdotes han pagado penas de cárcel por violación de menores en el país.
Otra de las determinaciones que tomaron los sacerdotes en la Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano giró en torno al rechazo por la propuesta del ministro de Justicia, Néstor Osuna, de eliminar del Código enal el delito de incesto si hay consentimiento.
“Las leyes civiles que vayan en contra de la dignidad de las personas y del bien común son antiéticas, son inmorales. Promover un incesto, facilitar, despenalizar, no lleva a que seamos más humanos, al contrario, puede deteriorar totalmente el cuidado y la dignidad de las personas, sobre todo de los más pequeños. La iglesia no está de acuerdo abiertamente con estas posturas que jurídicamente puede ser justificadas, pero qué ética y moralmente no”, expresaron los delegados de la Conferencia.