El gobierno de Panamá reveló, el miércoles 8 de febrero, que por la selva del Darién, en la frontera con Colombia, cruzaron durante el primer mes del 2023 unos 31.610 migrantes irregulares que viajan a Estados Unidos en la búsqueda del ‘sueño americano’.
Esto equivale a la misma cantidad de personas que se aventuraron por los 266 kilómetros de la inhospita zona durante los primeros cinco meses del año pasado, de acuerdo con los datos del Servicio Nacional de Migración (SNM) del país hermano, donde tienen un registro de 33.819 personas que se movilizaron por la frontera entre enero y mayo de 2022.
El 15 % de los viajeros en lo que va de este año son “personas en especial estado de vulnerabilidad: niños, niñas y adolescentes”, precisó este miércoles a la agencia española de noticias EFE, la subdirectora del SNM, María Isabel Saravia.
Sólo en enero pasado llegaron a la provincia panameña de Darién 24.634 personas, más del quíntuple que en el mismo mes del año pasado. Y en lo que va de febrero lo había hecho 6.976, de los cuales 1.156 arribaron el martes 7 de febrero.
Los nacionales de Haití son el grupo migrante más numeroso hasta ahora con 12.585 personas, seguido de Ecuador (8.240), Venezuela (3.535), India (641) y Colombia (465). El resto de los viajeros proceden de más de 30 países del mundo, incluidos suramericanos, asiáticos y africanos.
“Este año hemos tenido un incremento de ciudadanos extracontinentales, que entran al continente americano por el Sur. Hemos tenido un incremento de ciudadanos colombianos y ecuatorianos”, comentó Saravia.
En 2022, la nacionalidad venezolana (150.327) encabezó el paso histórico de 248.284 migrantes irregulares por la selva, seguido de Ecuador (29.356) y Haití (22.435); en 2021, fueron los haitianos, y años antes, en la crisis de 2015-2016 fueron los cubanos.
Las restricciones impuestas por Estados Unidos al ingreso de migrantes venezolanos irregulares a mediados de octubre pasado frenó la avalancha de estos, lo que quedó evidenciado en las cifras de viajeros cruzando el Darién: de 59.773 en ese mismo mes cayeron a 16.632 en noviembre de 2022.
La dinámica sobre las nacionalidades que más cruzan la selva “esperamos que sea cambiante a lo largo del año. Va a depender de las políticas (migratorias) de Estados Unidos y Canadá, que son los principales destinos”,así como también de que terceros países “abran libre visado”, dijo la subdirectora de Migración de Panamá.
Y como van las cosas, seguramente se repetirán escenas de migrantes pernoctando en las poblaciones del Urabá antioqueño a la espera de navíos irregulares que los lleven hasta el país centroamericano y de allí continuar con su travesía hasta Estados Unidos.
“Calculamos que las cifras en el 2023 no van a bajar por diversas causas: sociopolíticas, geográficas, cambio climático, era poscovid, temas de oportunidades, la guerra” en Ucrania, agregó la funcionaria del país hermano.
Estas personas se encuentran en una completa vulnerabilidad y generalmente se enfrentan a grandes riesgos como caer en las redes de trata de personas, así como tener que movilizarse clandestinamente por el territorio de los dos países en vehículos propensos a siniestros.
De hecho en la noche del martes 7 de febrero se reportó un accidente de tránsito en el que resultaron heridos 38 migrantes en las carreteras del Urabá.
“En la vía entre Dabeiba y Mutatá, kilómetro 93+500, en el canal de la Llorona hay un volcamiento lateral de un bus de servicio especial que transportaba 38 extranjeros, 24 de nacionalidad china, 10 de nacionalidad haitiana, 3 afganos y un guineano”, informó el coronel Óscar Hernán Cortés, comandante de Policía en Urabá.
(Con información de la agencia EFE)
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