En el salón de la cooperativa Coocampo, ubicada en la vereda Varela del municipio de Chiquinquirá, un grupo de funcionarios de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) se reunió con varios ganaderos y campesinos, para escuchar sus inquietudes frente al incremento de avistamientos de serpientes que se registra en esa zona desde hace varios meses.
Ante esta temporada, los funcionarios de la entidad capacitaron a los habitantes del sector para que aprendan a reconocer las especies de este tipo de reptiles que se encuentran allí, de acuerdo con sus características físicas, y que hacer ante la presencia de las mismas.
“También les hicimos una serie de recomendaciones para el adecuado manejo de serpientes en caso de encontrarlas en sus residencias o fincas”, explicó el 9 de febrero la directora de la Regional Chiquinquirá de la Corporación Autónoma Regional, Jahanna Castro, que fue enfática en su llamado a no violentar a estos animales y al hecho de que estos reptiles no deben, bajo ningún motivo, ser atacadas o extraídas violentamente de su hábitat.
“Tampoco hay que matarlas, ya que estos animales cumplen con una importante tarea, pues ayudan a controlar plagas y a mantener el equilibrio dentro de los ecosistemas”, destacó Castro, quien hizo un llamado a la comunidad a comunicarse con la Corporación cuando encuentren serpientes y a no mutilarlas, pues pierden su capacidad de caza y quedan condenadas al cautiverio.
“Acá contamos con expertos en el manejo de fauna que están dispuestos a ayudar a reubicarlas para que continúen cumpliendo con su importante función ecológica”, precisó.
Por último, a este respecto, a raíz de este hecho, la CAR también destacó que, según varios estudios, en el mundo existen cerca de 3.000 especies de serpientes, de las cuales alrededor de 300 habitan en Colombia y solo 51 son venenosas.
Carta a la Secretaría de Salud
El temor de los habitantes de la vereda Varela, situada a más de una hora del perímetro urbano de Chiquinquirá, es que las serpientes muerdan a los adultos mayores o niños, pues en ese sector funcionan varias escuelas, y a eso se suma que no cuentan con un puesto de salud. Entre tanto, algunos ganaderos de la región aseguran que las culebras ya han matado a algunos animales domésticos.
Ante este panorama, la directora de la Regional Chiquinquirá manifestó que, por petición de la comunidad, dirigirán una carta a la Secretaría de Salud de Boyacá, alertando sobre la presencia de serpientes en esa zona para que se tomen las medidas pertinentes que permitan actuar eficazmente en caso de presentarse la mordedura a un habitante de ese sector.
La Corporación Autónoma Regional, por su parte, informó que continuará trabajando, de la mano del Grupo de Protección Ambiental y Ecológica de la Policía en Chiquinquirá, para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de proteger y conservar la fauna silvestre.
Llamado a cuidar las tinguas
Punto aparte, también el 9 de febrero, la CAR recordó que hasta marzo estará en curso el período de migración hacia zonas montañosas de las tinguas azules, una especie de ave que se caracteriza por su llamativo color azul verdoso y que habita especialmente en ecosistemas acuáticos.
Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), las largas distancias que recorren estas aves les acarrea un alto desgaste energético que en ocasiones les provoca cansancio, por lo que terminan extraviadas y desorientadas en tejados, vías públicas, parques y patios de las casas.
Por ello, la entidad volvió a entregar una serie de recomendaciones a la ciudadanía sobre qué hacer en caso de encontrar un ave de esta especie:
- Aislarla de cualquier peligro como carros, perros y gatos.
- Ubicarla en una caja de cartón limpia que tenga agujeros por donde pueda recibir aire.
- Provisionarle agua potable con azúcar, al igual que vegetales y arroz crudo o cocinado.
- Comunicarse con las autoridades competentes para su valoración y atención.