Hoy, lunes 6 de febrero, quedó radicado el proyecto de ley que propone reformas al Código Penal, Código de Procedimiento Penal y el Código Penitenciario. El proceso, que fue adelantado por parte del ministro de Justicia, Néstor Osuna y el ministro de Interior, Alfonso Prada, ahora está en manos de la Cámara de Representantes.
Para explicar las bases que sostienen la propuesta, Osuna publicó, en su cuenta de Twitter, siete videos en los que expone varios puntos clave para entender en qué consiste el planteamiento que se hace desde esa cartera de la administración del Pacto Histórico.
Inicialmente, dice Osuna, lo que busca el proyecto de ley, principalmente, es modernizar el sistema penitenciario. De acuerdo con lo que argumenta, en la actualidad, el sistema es ‘puramente carcelero’. Esto ha permitido que los centros de reclusión se conviertan en escuelas del delito en donde las personas ‘aprenden a delinquir mejor’. Como consecuencia, la sociedad no se siente segura, no se repara a las víctimas y las cárceles terminan siendo espacios llenos de crueldad, corrupción y carencias.
Habiendo aclarado esto, Osuna se tomó el tiempo de desmentir algunas de las cosas que se han venido diciendo públicamente y que no están arraigadas a la realidad de los planteamientos del proyecto. Aclaró que con la propuesta no se busca reducir penas o hacer excarcelaciones masivas. Destacó, por el otro lado, que lo que quiere hacer es que se reduzcan las penas en el país, pues, sentenció, son muy altas. Las reducciones se harían a modo de beneficios consecuentes a actitudes positivas de la población carcelaria.
Si un preso termina el bachillerato, toma un curso, o aprende un oficio, dice Osuna, “puede recibir algunos beneficios, por ejemplo, para que conserve su nexo con su familia, para que contribuya con ella o pueda reparar a las víctimas, y también para que se vaya preparando para cuando vuelva a insertarse a la sociedad”.
El ministro hace referencia a la palabra ‘subrogados’ a la que define como aquellos ‘premios’ que puede recibir un preso por buen comportamiento. Dentro de los ejemplos que ofrece para entender el concepto, están los permisos por 72 horas. Estos permisos, aclara, ya existen, pero solo para una parte de la población carcelaria. No tienen acceso a esto personas acusadas de homicidio, de delitos sexuales u otros crímenes de alta gravedad.
Aclaró que los presos que ya han tenido acceso a este beneficio, en su gran mayoría, siempre regresan a la cárcel, por lo que no es una medida problemática.
Osuna, a su vez, explicó qué hay detrás de la propuesta que sugiere que los presos puedan salir a trabajar en la noche y volver en el día a la cárcel. Luego de aclarar que varios medios de comunicación intentaron caricaturizar esta medida y burlarse del proyecto, destacó que esto ocurriría si, solo sí, el Inpec llega a un acuerdo con una empresa, sea privada o pública para dar trabajo a un preso.
Esto solo sería posible para personas que han cumplido una parte importante de la pena que les fue asignada. De nuevo, enfatizó, esto no aplica para personas acusadas de delitos sexuales, agresiones a menores de edad, entre otros de alta gravedad.
Lo mismo sucede con la prisión domiciliaria, aunque es un recurso que ya existe, dice Osuna, se tomará ‘más enserio’. A lo que se refiere el ministro es que se monitoreará a las personas que se encuentran cobijadas con esa pena, es decir, serán vigilados por parte del Estado.
Por el otro lado, Osuna hizo énfasis en la reparación de las víctimas a partir de la justicia restaurativa. “El sistema actual no repara a las víctimas (...) no han hecho nada para restablecerlas a la situación anterior (...) En aquellos delitos que se pueda reparar, vamos a establecer un sistema en que esa reparación deje satisfecha a la víctima y también le otorgue unos beneficios a la persona condenada; es decir, unos pocos meses menos de cárcel”, recalcó.
Concluyó diciendo que lo que pretende el proceso de cárcel que se propone es que las personas salgan de la cárcel ‘mejor que como entraron’.