Prestamistas colombianos tienen contra la espada y la pared a ciudadanos uruguayos a través de una red de préstamos, que se han convertido en un dolor de cabeza y una odisea el poder generar el pago de estos, a lo que han llamado “préstamos impagables”.
Así lo dio a conocer El País, medio de comunicación uruguayo, donde explicaron el modus operandi de estos colombianos, residentes en el país sur americano. Según lo detalló el portal, a través de una tarjeta de presentación y descriptiva, estas personas se acercan a sus futuros “clientes” con propuestas de créditos al instante.
El País resaltó que al momento de comunicarse con estos prestamistas la llamada es atendida por un colombiano de nombre Jorge, que después de una corta y breve presentación pregunta “¿Cuánto precisa?”, a lo que se refiere: ¿Cuánto necesita?
Según lo informado por el medio, el colombiano explica los pasos para acceder al préstamo y cómo es el proceso del pago de este. El dinero que es entregado en efectivo deberá ser cancelado al día siguiente del reembolso. Este proceso se lleva a cabo por 24 días, como es conocido en Colombia: un préstamo gota a gota. El País recalcó que este servicio está dirigido especialmente a comerciantes.
Un pago traducido en dolor de cabeza
Este medio de préstamos no regulados por el gobierno uruguayo, ofrecidos en varios departamentos del país entre ellos Montevideo, generan problemas a los “solicitantes” cuando estos no logran concretar el cumplimiento de algunas de las cuotas.
El País señaló que, aunque estos prestamistas no cobran intereses, si presionan a los deudores hasta el punto de obligarlos a solicitar otro préstamo, con ellos, para lograr abonar o pagar en su totalidad el anterior. Lo que genera al final una cadena de un alto nivel de complejidad para cortarla.
Uno de los casos que dio a conocer el medio uruguayo trata de Martín, quien no dio su nombre real por seguridad, el cual puso un carro de comidas en el barrio Ayuí, en Artigas, este ciudadano le contó al El País que la tarjeta de estos prestamistas la recibió por parte de una joven colombiana o dominicana.
Al principio este hombre solo solicitó $10.000, pero comenzó a atrasarse en el pago de las cuotas; las constantes visitas, llamadas y presiones, lo llevaron a solicitar más créditos con estos prestamistas. Hasta la fecha cuenta con docena de estas y no logra finalizar el pago. “La única salida que encontró fue poner su carrito a la venta para poder terminar de una vez con el calvario”, agregó el medio.
Por otro lado, en la ciudad de Melo la Policía recibió una llamada de emergencia, al 911, por parte de una mujer que aseguró que tres hombres en moto la habían intimidado con amenazas de futuros robos a su casa si no pagaban de los préstamos solicitados.
El País agregó que, conforme a fuentes de la jefatura, cuando los uniformados llegaron a este punto, los presuntos cobradores ya no se encontraban. La mujer, dueña de un comercio pequeño de esta zona de Uruguay, se negó a presentar una denuncia contra estos hombres u organización. La víctima sumó que estas personas buscaban hacerse de sus electrodomésticos para cubrir el pago.
Finalmente, tanto en Artigas, Montevideo, Rivera, Salto y Tacuarembó las descripciones que han llegado a oídos de las autoridades competentes, resaltan las mismas descripciones de: colombianos, en motocicletas Honda, que dejan tarjetas y ofrecen préstamos de fácil acceso.
“Pero complejos de saldar por lo alto de los intereses y por la frecuencia en que se debe desembolsar dinero para pagar las cuotas”, añadió El País, en las descripciones de estos sujetos.