Museo Maja reproduce fotográficamente cuadros de pintores colombianos con modelos humanos en Jericó

Según el museo, este espacio invita a construir desde las experiencias, las costumbres, los talentos y la cotidianidad

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“La tejedora”, de Eladio Vélez, en una pieza recreada con Dora Santa Palacio, modista de la vereda Los sauces, de Jericó. Cortesía: Museo MAJA.
“La tejedora”, de Eladio Vélez, en una pieza recreada con Dora Santa Palacio, modista de la vereda Los sauces, de Jericó. Cortesía: Museo MAJA.

El Museo de Antropología y Artes de Jericó Antioquia (Maja) inauguró su agenda 2023 con “Volver a los cuadros vivos, recreación de obras de arte”, una exposición que es el resultado de una bonita experiencia con las comunidades campesinas del municipio de Jericó en el departamento de Antioquia.

Esta recreación, según el museo, invita a pensar en lo rural como un museo, pues es un espacio de todos que invita a construir desde las experiencias, las costumbres, los talentos y la cotidianidad. Toda esa riqueza que abunda en cada vereda, en cada hogar, en cada rincón de la geografía, es donde se conjuga la majestuosidad del paisaje con la cordialidad y fina condición del campesino auténtico.

Cabe señalar que recrear las obras de reconocidos artistas de Colombia y el mundo, se encuentra inmerso dentro del proyecto aprobado por el programa nacional de estímulos 2022 del Ministerio de cultura y el Museo Maja.

Su labor es la de “trabajar para soñar el mañana, construir desde la cultura y generar espacios de inclusión”. Así, mujeres, hombres y niños participan con entusiasmo y, en medio de la sensibilidad por las artes escénicas, representan aquellas obras famosas que hoy toman un matiz más jericoano.

En ese sentido, la integración de las comunidades y el aprendizaje son dos constantes en este ejercicio que entrega como resultado, la capacidad, alegría y talento de la comunidad campesina para la cual la cultura no debe nunca ser esquiva, por el contrario, ellos son actores fundamentales en los procesos de construcción de comunidad.

La belleza de los campos, sumada a las muchas cualidades de los campesinos, permite que el museo Maja entregue a la comunidad este maravilloso resultado cargado de vida, actitud, sentimiento, color y arte.

Gracias al trabajo del museo Maja, y en especial a exposiciones como esta, cada día se sigue descubriendo los secretos que guardan las montañas, los cafetales, los pastizales y los caminos de una Jericó que se siente orgullosa de ser rural.

Cuadro en la técnica de acuarela de Débora Arango en la que dos mujeres bañan a un bebé en una ponchera. Cortesía: Museo MAJA.
Cuadro en la técnica de acuarela de Débora Arango en la que dos mujeres bañan a un bebé en una ponchera. Cortesía: Museo MAJA.

La exposición

Esta exposición tiene su historia, pues a mediados del siglo XX, Jericó veía pasar obras de arte por sus calles. Una pieza pictórica podía ser representada teatralmente en un desfile tradicional que arrancaba en el Parque Principal y llegaba al Teatro Santa María, donde se hacía la escenificación y se presentaba ante el público una pieza dramatúrgica en torno a la pintura protagonista.

Ese arte sobre arte no ha caído en el olvido. Actualmente esta representación repite esa propuesta, pero en otro material y otro tipo de acercamiento con las comunidades de este municipio patrimonial.

Un cuadro de los antioqueños Eladio Vélez, Débora Arango o Jorge Cárdenas es reproducido fotográficamente con modelos humanos, en una recreación de la que participan personas del casco urbano de Jericó y, en su mayoría, campesinos de las zonas rurales, quienes ayudan a profundizar todos los detalles escenográficos, gestuales y de vestuario.

La tía lola”, un óleo sin fecha del pintor Vélez, natal de Itagüí y quien vivió entre 1897 y 1967, representa a una modista en su máquina de coser con sus lentes de aumento de moldura redonda, camisa blanca y una tela con pliegues sobre la mesa.

En el pasillo del museo Maja, que exhibe esta propuesta, el espectador se topa con una fotografía de la pintura, al lado de la cual hay una foto de igual formato en la que se recrea de forma bien lograda la imagen. Así también, se le vuelve a dar vida a obras como “Las tejedoras” (1918), una acuarela de Vélez, o un cuadro en la misma técnica de Débora Arango en la que dos mujeres bañan a un bebé en una ponchera, o un cuadro de Cárdenas con campesinos y campesinas en sus faenas.

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