Patrimonio arqueológico en Colombia es víctima de vandalismo

En Florencia, Caquetá, se presentaron denuncias de vandalismo contra los petroglifos del “Encato”, pero no es la primera vez que se reportan intervenciones al patrimonio cultural a causa del desconocimiento

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Patrimonio Cultural arqueológico de Florencia se ve amenazado por las intervenciones y vandalismo. Museo Caquetá/Facebook.

Una de las mayores incógnitas para los investigadores son las dinámicas de población de los humanos anatómicamente modernos (HAM) en América. No existe certidumbre sobre su inicio (algunos los sitúan hace 30.000 años) ni tampoco de los procesos de desplazamiento de estos humanos.

Esto no significa que no existan avances. Uno de los más importantes tiene que ver con el papel que jugó el Amazonas como espacio de movilidad y escenario de intercambio, ejemplo de esto es el cacao, que habría sido domesticado en el norte del Amazonas y desde aquí llegó hasta Mesoamérica.

Bajo estas premisas, sitios arqueológicos como Chibiriquete son claves para la investigación, pues permiten resolver algunas incógnitas. Sin embargo, su popularización ha desatado visitas turísticas que no siempre impactan de forma positiva a su conservación.

Pero la Capilla Sixtina del Amazonas, como algunos han denominado a Chibiriquete, no es el único sitio arqueológico de interés en Colombia, otro se encuentra en Florencia, capital del Caquetá, en los predios del colegio de la Salle, donde se encuentran los petroglifos del Encanto.

Su descubrimiento se remonta al 17 de agosto de 1962, cuando se presentó una creciente del río Hacha. Como consecuencia las aguas arrasaron con el barrio la Vega, pero también dejo a la vista un conjunto de grabados sobre la superficie rocosa de origen prehispánico.

El descubrimiento llevó a que el Instituto Colombiano de Antropología comisionara su estudio al investigador Eliécer Silva Célis, que publicó sus resultados en el texto Los petroglifos de “El Encanto” (Florencia, Caquetá), en 1963.

En el documento se explicó que fueron hechos a golpe de cincel o raspado de la piedra, que las imágenes son representaciones de la cosmovisión de los pueblos indígenas y que, posiblemente, se trata de un espacio destinado para celebrar actos religiosos.

Silva afirmó que este lugar resulta clave para comprender los intercambios entre los distintos grupos humanos que poblaron la actual Colombia, debido a que los significados de las imágenes se relacionan con los usos de otras culturas en distintas coordenadas.

Museo Caquetá/Facebook.
Museo Caquetá/Facebook.

Por su valor e importancia para la historia de Colombia, es que entre las personas que ejercen la salvaguardia de este sitio arqueológico se encendieron las alarmas cuando se percataron de la intervención de algunos frisos.

“Hemos evidenciado intervenciones con rayados en los surcos o canales que hacen parte de estos petroglifos y en algunos casos, con las mismas piedras se ha tratado de borrar algunos símbolos representativos, para colocar allí el nombre de algunas personas que esporádicamente van a ese lugar”, aseguró para Infobae Wilson Wilches Caicedo, director del Museo Caquetá.

Wilches explicó que el crecimiento de Florencia ha permitido que el punto que antes era desconocido ahora sea más frecuentado por personas que se bañan en el río Hacha, pescan o se esconderse en las zonas boscosas para consumir sustancias psicoactivas.

Aunque ya se habían presentado algunos casos de intervención al sitio patrimonial, en esta oportunidad fue más preocupante, pues se intentó borrar parte de los grabados y colocar dos nombres, Óscar y Aida Pinzón, en el abrigo rocoso, acción que fue calificada de vandalismo.

Gracias a las denuncias del Museo Caquetá las autoridades competentes, alcaldía y gobernación, convocaron a sus consejos de patrimonio en los que se buscarán establecer las medidas necesarias para proteger este patrimonio arqueológico de los colombianos.

Para Caicedo, es necesario emprender un proceso de sensibilización y pedagogía sobre el valor del E para los habitantes de Florencia; sin embargo, es importante contar con más recursos y apoyo a esta causa.

“Yo creo que una vez que la comunidad conozca profundidad la importancia, la riqueza para la ciudad, el departamento y el país, creo que todos nos vamos a convertir en guardianes del patrimonio arqueológico, de los petroglífos del Encanto”.

No es el único caso, ni la única denuncia

Denuncia publicada en el 2018 de vandalismo del arte rupestre de  Canoas en Soacha. Diego Martiínez Celis/Facebook.
Denuncia publicada en el 2018 de vandalismo del arte rupestre de Canoas en Soacha. Diego Martiínez Celis/Facebook.

Diego Martínez Celis, gestor, investigador y divulgador del patrimonio cultural, sostuvo que estas intervenciones, término técnico para referirse a esta clase de sitios arqueológicos son producto del desconocimiento de la ciudadanía y la ausencia de planes de manejo.

“Es clave regular el acceso a los espacios arqueológicos y tener control sobre los visitantes. En la actualidad, la mayoría no está regulado y son visitados por cualquier persona, es aquí cuando se presentan los actos vandálicos”, aseguró el experto.

Sin embargo, Martínez advirtió que este no es el problema principal, sino la promoción que se suele hacer de los sitios arqueológicos como atractivos turísticos, sin efectuar los inventarios previos o con los planes de manejo requeridos.

El afán de convertir al patrimonio arqueológico en atractivo turístico estaría relacionado con la visibilización e impacto internacional que ha tenido Chibiriquete en el extranjero, declarado Patrimonio de la Humanidad en 2018, por la UNESCO.

Los Planes de Manejo Planes de Manejo Arqueológicos son documentos cuyo propósito es establecer la salvaguardia, investigación, divulgación y contextualización social del patrimonio arqueológico nacional.

La responsabilidad de elaborar estos documentos es de las autoridades locales o nacionales, dependiendo de quienes están a cargo del bien patrimonial y su construcción está reglamentada por el Decreto 833 de 2002.

Estas hojas de ruta no pueden ser creadas por cualquier funcionario, en el concepto de Martínez deben ser construidos por un equipo de trabajo multidisciplinario:

“Deben participar profesionales en ciencias ambientales, porque los sitios están emplazados en entornos naturales que tienen sus características que le permiten la conservación al sitio; profesionales de las ciencias sociales, antropólogo o trabajador social para que exista esa mediación con la comunidad; un experto en patrimonio porque además del sitio también existen otras prácticas culturales relacionadas, otros patrimonios asociados”

Consultado sobre este punto, Wilson Wilches Caicedo aseguró:

“Hasta el momento no existe un Plan de Manejo para el Encanto, solamente se han llevado a cabo actividades pedagógicas con los estudiantes del colegio de la Salle, a cargo de algunos docentes, que han tratado con mucho esfuerzo de mejorar un camino de acceso, tratando de motivar la participación y buscando la ayuda de instituciones del orden nacional, sin embargo, pues han obtenido respuesta”

Infobae se comunicó con la oficina del secretario de Emprendimiento y turismo de Florencia, primera autoridad encargada del Encanto, para conocer sobre el estado actual del Plan de Manejo Arqueológico para los petroglifos, pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.

Pero no se trata de un problema exclusivo de la alcaldía de Florencia. En Colombia no existe un registro consolidado de sitios arqueológicos, solo en la Sabana de Bogotá el ICANH ha identificado cerca de 147 y en la capital hay más de 25.

Uno de ellos, Canoas, ubicado en Soacha, fue vandalizado con grafitis encima de las pinturas rupestres que se conservan en las piedras de la zona, denuncia hecha en 2018 por medio de las redes sociales, pero que se repite en otros lugares como en Facatativá, donde se han reportado daños a los pictogramas del parque arqueológico “Piedras del Tunjo”.

La elaboración de inventarios y planes de manejo son necesarios para la preservación, investigación y divulgación del patrimonio cultural de Colombia, pero para fortalecer estos procesos es necesario aumentar la inversión y fortalecer las capacidades institucionales del sector cultura.

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