Un nuevo hecho de violencia se registró en la tarde del 31 de enero en Bogotá. A plena luz del día, hacia las 5:15 de la tarde, cuando un hombre fue asesinado por sicarios mientras se transportaba en un taxi. Según testigos, se escucharon disparos y cuando llegaron las autoridades, encontraron su cuerpo sin vida al interior del vehículo.
La víctima fue identificada como Carlos Eduardo Bermúdez Barrero, de 53 años, quien no tenía antecedentes por delitos y presentó un disparo en la cabeza. “El conductor del taxi manifestó que al occiso lo recogió a la altura del supermercado ‘El Líder’ en el barrio Candelaria”, dice el reporte de las autoridades, y destaca que en el lugar del asesinato no hay cámaras para corroborar lo sucedido.
El ataque se produjo a la altura de la Avenida Boyacá con 18, en el sector entre Meissen y Lucero Bajo. En este momento se está adelantando un barrido de cámaras de seguridad con el taxista desde el punto de inicio del viaje hasta el lugar de la muerte de la víctima.
Por su parte, el CTI (Cuerpo Técnico de Investigación) de la Fiscalía hizo el respectivo levantamiento del cuerpo y abrió la investigación correspondiente para esclarecer los hechos y dar con los responsables de este acto sicarial en la capital de la República de Colombia.
En un ataque sicarial murió un niño en Bogotá
Este hecho hace recordar el ocurrido el 30 de diciembre pasado, cuando un niño de 7 años murió en medio de un ataque sicarial que iba dirigido hacia su padre, Jhon Fredy Rojas Peña.
Peña se transportaba en un vehículo de alta gama con su pequeño; su esposa, Mayerly León; su hermano, Efrén Rojas Peña y otro pariente, cuando los sicarios intentaron matarlo, con la mala fortuna de que una de las balas impactó en el niño y le quitó la vida.
El hombre sostuvo una entrevista con el periódico El Tiempo, en la que aseguró que ni él ni su familia tienen alguna amenaza en contra. “Si hubiese sido así, nosotros lo hubiéramos informado”, le dijo a aquel medio. La camioneta, una Jeep Wrangler Sport, modelo 2018, de placas FZO 900, está avaluada en cerca de 150 millones de pesos. Según detalla la investigación, hubo impactos de bala en el panorámico.
Los señalados sicarios se movilizaban en una moto e interceptaron el automóvil cuando este se encontraba sobre la avenida Boyacá con calle 116. Los hechos sucedieron sobre las 4:23 de la tarde del 30 de diciembre.
De acuerdo con el parte médico, tras el fallecimiento del menor, que fue atendido en la Clínica Shaio, lo que ocasionó su muerte fue que los sicarios le dieron un disparo en la cabeza y esto le atravesó los dos hemisferios del cerebro. Así lo dio a conocer Rojas Peña, quién sería el blanco de los criminales en el testimonio que le brindo a RCN Radio.
El padre del niño destacó además ante los micrófonos del noticiero local CityTv, que es un empresario, y que llegó a Bogotá, con su familia, para buscar mejores condiciones de vida.
“Mataron a mi hijo y realmente no sabemos por qué nosotros. Somos personas trabajadoras, llegamos a Bogotá solo para salir adelante. Él era un niño que solo tenía 7 años y que se dedicaba a estudiar (...) No sabemos realmente cuáles eran las intenciones finales. Ahorita, toda mi familia está en peligro”, relató Peña.
El periódico El Tiempo pudo establecer que la Fiscalía le preguntó al hombre acerca de sus actividades en el campo de las cobranzas, ya que maneja una firma de cobros llamada Moracero S.A.S., a lo que él aseguró que no se trata de un negocio ‘gota a gota’.
“Nosotros nos encargamos de recuperar cartera. Creo que esa es una labor muy conocida en Colombia. Cartera de entidades financieras, de telecomunicaciones, de propiedad horizontal y demás actividades de cobranza que se puedan realizar. Eso es lo que hace mi empresa”, indicó.