Banca de las Oportunidades, el programa del Gobierno nacional que promueve la inclusión financiera en Colombia, presentó el Reporte Trimestral de Inclusión Financiera (RIF) correspondiente a septiembre de 2022. En este reveló que el número de adultos con al menos un producto financiero de depósito o de crédito llegó a 34,5 millones, lo que corresponde al 92,1%, con un aumento de cerca de 300.000 personas frente a junio de 2022.
En cuanto al uso, el porcentaje de adultos con algún producto financiero activo o vigente creció de 76,9% a 77,7% entre junio y septiembre de 2022, lo que implica que 29,1 millones de adultos tenían activo al menos uno de estos productos al cierre del tercer trimestre de 2022.
Más crédito
En el informe se observa el aumento en el número de adultos que poseen al menos un producto de crédito financiero formal con un establecimiento de crédito, cooperativa con actividad financiera u ONG microcrediticia, el cual llegó a los 13,5 millones, correspondiente al 36% de la población adulta del país.
La tarjeta de crédito resultó ser el producto crediticio más utilizado: 8,4 millones de adultos tenía al menos una vigente, seguido del crédito de consumo con 7,7 millones de adultos y el microcrédito con más de 2,4 millones. Los productos con menor penetración fueron el crédito de vivienda, con 1,3 millones, y el crédito comercial, con 441 mil.
“En el caso de las empresas, 300.681 tenían algún crédito vigente en el sistema financiero formal a esa fecha. El crédito comercial fue el que obtuvo mayor penetración, 229.979 tenían al menos uno, seguido de las tarjetas de crédito (95.050), el crédito de consumo (79.441) y del microcrédito (5.020). Adicionalmente, la inclusión financiera se restringe a medida que el tamaño de las empresas se reduce”, precisó la Banca de las Oportunidades.
Si bien el acceso a financiamiento formal tiene efectos positivos para los hogares y empresas colombianas, éste no ocurre de manera automática. El acceso a los mecanismos de financiación, así como la provisión de liquidez, se encuentran entre las necesidades más comunes de los colombianos y de las empresas de menor tamaño en el país. Barreras tanto de oferta como de demanda racionalizan el crédito.
“Es por eso que desde el Gobierno nacional venimos trabajando con las entidades financieras del Grupo Bicentenario en la formulación de una estrategia de inclusión crediticia para la economía popular que busca fomentar un ecosistema financiero inclusivo, con una amplia y diversa gama de servicios financieros, de proveedores de estos servicios y de canales de distribución, ajustados a las necesidades heterogéneas del segmento de la población tradicionalmente desatendida”, afirmó Paola Arias, directora de Banca de las Oportunidades.
La meta es incluir por primera vez a la economía popular con créditos de bajos montos y plazos cortos y que, de esta manera, la financiación formal se convierta en una palanca clave para el crecimiento de sectores poblaciones de bajos ingresos del país, que impulse la generación de ingresos y la acumulación de activos productivos y que combata los esquemas de financiamiento informal como el gota a gota.
Tasa de usura: 45.27% para febrero
Pese al crecimiento de los créditos, hay alerta en el país porque la Superintendencia Financiera de Colombia (SFC) estableció para febrero un nuevo valor para la tasa de usura, que es el interés máximo que se puede cobrar por morosidad en los créditos de consumo y los ordinarios.
“Esta se situó a partir del 1 de febrero en 45.27% efectivo anual, lo cual representa un aumento de 201 puntos básicos (2,01%) con respecto a enero de 2023, cuando se ubicó en 43,26%”, indicó la entidad.
Con esta nueva subida, la tasa de usura ya dobló el valor que tenía en enero de 2021, pues para ese momento se ubicó en 25,98%”, .
Se precisó que para lo relacionado con microcrédito la tasa es de 39.20% y empezó a regir desde el 1 de enero de 2023 y va hasta el 31 de marzo de 2023. Mientras que para la modalidad de consumo de bajo monto la tasa es de 29.37% y empezó a regir desde el 1 de octubre de 2022 y va hasta el 30 de septiembre de 2023. Ambas corresponden al interés bancario corriente para cada una de las modalidades mencionadas.