El pasado domingo 29 de enero durante el encuentro entre el Junior y el Deportivo Medellín en el Estadio Metropolitano de Fútbol Roberto Meléndez de Barranquilla, ocurrió un violento episodio que se tradujo como la primera masacre de la ciudad en el 2023, hombres armados y motorizados llegaron y asesinaron a 4 personas.
Mientras el personal del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) realizaba el levantamiento de los cuerpos, un hombre habría intentado robar a una mujer dentro de la multitud. Lo particular del hecho es que la mujer es una agente de la Sijín que se encontraba de civil entre las personas.
El vídeo que circula en las redes sociales evidencia como dentro de una multitud se oye el grito de una voz femenina alertando que estaban robando, acto seguido se aprecia a una mujer con una camisa del Junior y quien con una pistola tiene sometido al presunto ladrón.
Aún no se tiene certeza sí la agente de la Seccional de Investigación Judicial y Criminal estaba investigando rastros en la escena del delito o era una espectadora del debut de Juan Fernando Quintero en el Junior de Barranquilla. Es de recordar que una de las víctimas de la masacre ocurrida en el barrio El Santuario de la capital de Atlántico, era un patrullero de la Policía Nacional que estaba viendo el partido al momento del homicidio colectivo.
El uniformado asesinado identificado como Reinaldo José Orozco estaba bebiendo cerveza y observaban el partido del ‘Tiburón’ en una tienda del barrio El Santuario, cuando cuatro hombres armados llegaron en dos motocicletas marca Bóxer y NKD abriendo fuego en el local comercial, dejando el saldo de los seis heridos y cuatro muertos.
De acuerdo con la información del ataque, las otras tres víctimas fatales fueron identificadas como Hanner Andrés Guevara, Ever José Lizama y Ronald José Zabala.
Al respecto del homicidio colectivo habló una de las personas sobrevivientes al ataque, quien señaló que los sicarios atacaron con mini uzi. El sobreviviente indicó su testimonio a Semana, resaltando que fue por suerte que no terminó con una bala dentro de su cuerpo: “Iba a mamarle gallo a una de las víctimas, pero fue el mismo Dios el que me dijo devuélvete, o sino yo hubiera caído. No había alcanzado a llegar cuando sentí la primera ráfaga”.
En la declaración del sobreviniente que no reveló su identidad por cuestiones de seguridad, comentó cómo se vivió el instante previo al ataque armado, con un sicario dentro del local comercial observando el panorama antes de abrir fuego.
“Fueron momentos de pánico porque el tipo llegó, pidió una cerveza y se dirigió hacia donde estaban los cuatro muertos, cuando iba para donde ellos sacó una mini uzi e hizo la primera ráfaga”, indicó a Semana.
Tras el ataque, las autoridades distritales convocaron un consejo de seguridad, que se llevó a cabo en la mañana del lunes, 30 de enero, en las instalaciones de la alcaldía, para generar estrategias que reduzcan y limiten los asesinatos en el sector. Empezando por encontrar y judicializar a sus autores, por quienes, el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla ofreció hasta 80 millones de pesos:
“La Policía Metropolitana de Barranquilla y la Alcaldía Distrital ofrecen una recompensa de hasta 80 millones de pesos a quien brinde información que permita el esclarecimiento de los hechos ocurridos la noche del domingo (29 de enero) en el barrio El Santuario, de Barranquilla, en el que cuatro personas perdieron la vida y otras más resultaron lesionadas”.
Aunque las autoridades continúan en la investigación de los móviles, las teorías preliminares arrojarían que el narcotráfico estaría detrás del homicidio colectivo que conmocionó a la capital del Atlántico.