Ante las preocupaciones expresadas desde el más alto nivel distrital sobre el abastecimiento de energía que hay en Bogotá y sobre posibles apagones, el presidente del Grupo Energía Bogotá, Juan Ricardo Ortega, hizo un análisis sobre la situación y dio un parte de tranquilidad al establecer que este tipo de fenómenos no se presentarán, por lo menos a corto plazo. Eso sí, no descartó que a largo plazo pueda haber presión sobre el suministro.
Afirmó que no se ha entendido todo el contexto, y comenzó por referir que Bogotá tiene fuentes de suministro y fuentes de transmisión suficientes en el corto plazo, por lo que, por lo menos por ahora, no hay riesgos de apagón.
“En la medida en la que la ciudad logre sus grandes proyectos, tales como la electrificación del transporte público, las dos líneas del Metro de Bogotá, los Regiotram para integrar a Faca, a Zipaquirá y a toda la Sabana con Bogotá, en ese momento, el crecimiento de la demanda, más el crecimiento de una ciudad que sigue prosperando, van a empezar a poner presión sobre lo que se puede suministrar de manera segura”, expresó el presidente de la Empresa Energía Bogotá.
Acto seguido, Ortega apeló al hecho de que el mundo vive en el contexto de un calentamiento global y de cambio climático, fenómeno que puede introducir factores negativos en la garantía de proveer energía a la ciudad. En este sentido, indicó, Bogotá se podría quedar sin un plan B.
“Estamos en un mundo de cambio climático en el cual, desafortunadamente, pueden haber deslizamientos que se lleven torres e inhabiliten ciertas fuentes de generación. Y la generación en el entorno de Bogotá no va a ser suficiente para garantizar (esa es la palabra que toca subrayar) que ustedes tengan un servicio confiable”, anotó.
Advirtió que la confiabilidad del servicio depende de que uno tenga siempre alternativas, de que si algo falla, lo otro funcione, es decir, un plan B.
Bogotá podría no tener plan B
Con la claridad de que Bogotá necesita alternativas para garantizar el servicio de energía y evitar apagones, el presidente de la EEB fue claro al advertir que la ciudad capital podría no tener un plan B en un plazo de tres años.
“Bogotá se puede quedar sin un plan B hacia el 2026 si no somos capaces de construir unas líneas de transmisión desde Sogamoso y desde Chivos. Y ante tantos eventos que están ocurriendo, podría darse un apagón si los planes B no están funcionando. El sistema es confiable, hay suministro suficiente, pero hay que poder construir una infraestructura y algunas personas, con falta de información o por un interés propio, están bloqueando un proyecto que es de interés de toda la región y de interés nacional, dado que Bogotá representa el 25% del consumo de la energía colombiana”, puntualizó el presidente de la EEB.
Esta fue una aclaración pertinente, pues más temprano en el día la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, manifestó su preocupación ante este hecho:
“Es de la mayor gravedad que la exviceministra de Minas y Energía informe del alto riesgo que tiene Bogotá de apagón por cambios en políticas y demoras en ejecución de proyectos nacionales. En energía y gas necesitamos ya claridades ciertas sobre riesgos de desabastecimiento o apagón”, trinó la alcaldesa López el 31 de enero.
Para traer la inquietud de la alcaldesa en contexto, la exviceministra de esta cartera Belizza Ruiz lo dejó en evidencia.
“Para darle solo dos ejemplos, aquí en Bogotá y Cundinamarca hay una probabilidad de apagón por dificultades en unos proyectos en transmisión y una subestación que no se ha podido finalizar. Y en el suroccidente del país hay problemas con otra línea de transmisión. Si eso no se resuelve pronto, existe una probabilidad de que haya un corte en el encendido eléctrico porque existe alta congestión en las redes y ya no aguantan”, precisó la exviceministra a El Tiempo.