Niño indígena habría sido asesinado por recoger alimentos en una propiedad privada en Cundinamarca

Hay un capturado, que tendrá que responder, ante la ley, por los delitos de homicidio y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones

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Además de dos escopetas, al hombre se le decomisó una camisa camuflada, tres tarros de pólvora negra, una bolsa plástica con balines y tres vainas de escopeta calibre 12
Además de dos escopetas, al hombre se le decomisó una camisa camuflada, tres tarros de pólvora negra, una bolsa plástica con balines y tres vainas de escopeta calibre 12

En circunstancias que todavía son materia de investigación, falleció un niño indígena de ocho años de edad en el municipio de Guataquí, en Cundinamarca. De acuerdo con lo que ha destacado la autoridad que está frente al caso, el menor habría sido atacado con un arma de fuego, al parecer, mientras recogía fruta con su mamá en una finca. El señalado homicida ya fue capturado.

“En las últimas horas, la Policía mediante labores de vecindario, lograron capturar por orden judicial a una persona por el presunto delito de homicidio, quien es señalado de asesinar con arma de fuego a un niño de la comunidad emberá, momentos en que ingresaba a una parcela ubicada en la ribera del río Magdalena en el municipio de Guataquí (...) el menor recogía frutas en compañía de su progenitora en la vereda El Vagal. En ese momento, el menor de edad fue impactado con un arma de fuego tipo escopeta”, detalló el coronel Edwin Urrego Pedraza, comandante de la Policía de Cundinamarca.

Los hechos, se relata en el expediente, ocurrieron el 26 de enero. Aquel día, el niño, de la mano de su mamá y de otros integrantes de la comunidad indígena Embera, entró a la propiedad privada del presunto asesino para recolectar unos plátanos. Fue en ese momento cuando fue impactado en su cabeza. El niño perdió la vida mientras era trasladado a un centro asistencial.

“Los hechos son materia de investigación por parte de la policía judicial, institución que ya inició las indagaciones correspondientes con la finalidad de esclarecer lo sucedido con este menor”, se manifestó, por su parte, desde la Alcaldía de Guataquí.

La captura del responsable se materializó, dijo el coronel Urrego, mediante diligencia de registro y allanamiento en la Inspección La Barrialosa del municipio de Coello, en el Tolima. Además de las dos escopetas, al hombre se le decomisó una camisa camuflada, tres tarros de pólvora negra, una bolsa plástica con balines y tres vainas de escopeta calibre 12.

El capturado tendrá que responder, ante la ley, por los delitos de homicidio y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones
El capturado tendrá que responder, ante la ley, por los delitos de homicidio y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones

“Fueron fundamentales las labores investigativas adelantadas como entrevistas a fuentes humanas, reconocimiento por medio de álbum fotográfico y recolección de material probatorio, lo que permitió establecer en tiempo récord la ubicación de la finca y la identificación del presunto homicida”, detalló el uniformado. Ahora, el capturado se enfrenta ante la justicia colombiana, por los delitos de homicidio y fabricación, tráfico, porte o tenencia de armas de fuego, accesorios, partes o municiones.

La Comisión de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas de Colombia expresó su rechazo frente al caso a través de sus redes sociales. “Rechazamos el asesinato de un niño indígena de ocho años en el municipio de Guataquí, Cundinamarca, quien falleció al recibir dos disparos en su cabeza. La niñez indígena exige protección”, puntualizó la entidad.

El 2022 fue el año más crítico para los pueblos indígenas desde la firma del Acuerdo de Paz, según la Organización Nacional Indígena de Colombia:

De acuerdo con uno de los más recientes informes de la ONIC (Organización Nacional Indígena de Colombia), el año 2022 cerró como uno de los peores para las comunidades indígenas del país. Mientras que los emberas se vieron obligados a abandonar sus lugares de origen para desplazarse a otras ciudades del país, los awás fueron víctimas de varios asesinatos. Así mismo, los nukaks padecieron de la ausencia de un sistema de salud digno. Estas, entre otras vulneraciones expuestas en el documento.

La ONIC expuso que durante el año pasado, hubo 453.018 víctimas de diferentes hechos violentos. El informe manifiesta que “se ha evidenciado que los indígenas desplazados sufren acciones de discriminación, segregación y revictimización por parte de la mayor parte de la población”.

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