Familia wayuu pide ayuda tras asesinato de una mujer de su clan y por temor deben abandonar sus tierras

Con el asesinato de Luz Marina González se habría roto el pacto entre wayuu, donde las mujeres se habían mantenido fuera del conflicto armado

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Sobre el papel de las mujeres wayuu para la resolución del conflicto el estudio del Icanh resalta que cumplen un rol fundamental, pues sobre ellas, recae una responsabilidad económica durante los períodos de enfrentamientos armados, Foto: Agencia Anadolu.
Sobre el papel de las mujeres wayuu para la resolución del conflicto el estudio del Icanh resalta que cumplen un rol fundamental, pues sobre ellas, recae una responsabilidad económica durante los períodos de enfrentamientos armados, Foto: Agencia Anadolu.

Una familia wayuu denunció que, por problemas de tenencia de tierra y hurto de animales, está siendo amenazada por otra de la misma comunidad, desde hace unas semanas, y que incluso le asesinaron a una mujer de su círculo compuesto por 25 personas, de las cuales 15 son menores de edad.

La denuncia la hizo Leidy Hanna González, madre de 3 hijos y sobrina de la víctima, al periódico El Heraldo de Barranquilla.

En la entrevista con el medio de comunicación la mujer dijo que su tía fue asesinada luego de recibir varios disparos en su cuerpo y rompiendo los protocolos de la guerra entre wayuu, donde las mujeres se habían mantenido fuera del conflicto armado. El hecho fue en el municipio de Uribia (La Guajira).

“Hemos ido a muchos organismos del Estado, hemos llegado a la Alcaldía y la Personería de Uribia, pero no ha sido posible que nos tiendan la mano para evitar que estas personas nos sigan matando”, le dijo Leidy Hanna González al periódico regional.

Más adelante en su relato indicó que corriendo de la violencia han tenido que salir de su territorio: “Nos ha tocado irnos al monte para dormir allí y evitar que nos asalten en nuestro territorio cuando estemos acostados, como ya lo hicieron el 20 de enero cuando asesinaron a mi tía Luz Marina González, de 54 años, quien estaba en la cocina cuando le dispararon. Ya no aguantamos más”.

El estudio realizado por el Observatorio del Caribe Colombiano Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), Los conflictos interfamiliares Wayuu, describe este conflicto como una forma de organización sociopolítica para la solución de disputas interfamiliares.

“Muchos de los conflictos wayuu se encuentran relacionados con la competencia por el control de áreas territoriales entre diferentes grupos familiares indígenas. Los wayuu basan los mecanismos de control territorial en los principios de precedencia, adyacencia y subsistencia”, se lee en el estudio.

El texto fue escrito por el historiador Weilder Guerra Curvelo y en él se habla sobre la influencia de las personas alejadas de sus comunidades para la consolidación de la guerra entre familias wayuu.

“El contacto con los miembros de la sociedad occidental ha creado históricamente oportunidades económicas y políticas para el ascenso social de algunos grupos familiares wayuu que disputan a otras unidades familiares, la preponderancia política y social en un determinado territorio”.

Sobre el papel de las mujeres wayuu para la resolución del conflicto el estudio del Icanh resalta que cumplen un rol fundamental, pues sobre ellas, recae una responsabilidad económica durante los períodos de enfrentamientos armados, ya que, la movilidad de los varones se ve restringida por la posibilidad de ataques enemigos.

“Las mujeres no sólo pueden encargarse de satisfacer gran parte de las necesidades básicas del grupo sino que se preocupan por obtener para sus tíos y hermanos y clasificados, otros artículos de consumo (ejemplo: licor) para evitar que éstos se expongan en lugares concurridos socialmente a los ataques de sus adversarios”, se lee en el texto.

En su denuncia al El Heraldo Leidy Hanna González aseguró que el problema empezó hace diez meses cuando se presentó un presunto hurto de una motocicleta, y de varios de sus animales (chivos, ovejos), por la familia que ahora los agrede.

“Queremos conservar nuestros animales, queremos llevarnos las cosas de mayor valor o de más utilidad, e irnos donde algún familiar que nos de posada para empezar de nuevo con los nuestros”, así, concluyó la denuncia la mujer de 32 años de la comunidad wayuu.

El Observatorio del Caribe Colombiano explicó que el hurto de ganado adquiere cada vez más importancia como causa de enfrentamiento entre las distintas familias indígenas que se puede atribuir “a la apertura de carreteras hacia los centros urbanos, la crisis evidente de la economía tradicional wayuu, y el debilitamiento de los mecanismos tradicionales de control social”.

Hay que anotar que esta práctica es estigmatizada al interior de las comunidades wayuu. De acuerdo a la investigación realizada por el historiador:

“Es poco probable que estas acciones provengan de individuos pertenecientes a grupos familiares prestigiosos o que se encuentren en una situación de equilibrio social y económico con el grupo afectado, por el contrario, correspondan a personas de menor status social cuyo prestigio se verá poco afectado si son descubiertos”.
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