El viernes 27 de enero, luego de que ciudadanos de Cali reportaran la segunda caravana fúnebre en un mes en la que se dispararon tiros al aire y hasta fueron abordados algunos transeúntes para hurtar sus pertenencias, la Secretaría de Seguridad de Cali aseguró que se dispondrá personal de la Policía Metropolitana para acompañar los próximos traslados de muertos de sus velaciones a los cementerios.
El primer incidente reciente fue denunciado el 20 de diciembre por el concejal Roberto Ortiz, integrante del Movimiento Firme con Cali. Desde su cuenta en redes sociales compartió un video grabado desde una terraza, en el que se ve un grupo de motociclistas armados que detienen el tráfico de una vía residencial de la ciudad, para luego comenzar a hacer algunas piruetas alrededor de una carroza fúnebre y posteriormente lanzar tiros al aire.
“La Cali sin autoridad y violenta. El acompañamiento de un cortejo fúnebre por la Avenida 6 Oeste con 5 Oeste Normandía se toman la vía y realizan disparos, es frecuente esta situación en la ciudad y en algunos casos roban en las calles”, puntualizó Ortiz.
El segundo incidente se presentó el jueves 26 de enero en la calle 25 entre carreras 8 y 15, en el centro de la capital del Valle del Cauca. Los transeúntes denunciaron que los motociclistas bloquearon el paso de la vía, propinaron tiros al aire y conducían con sus placas cubiertas para evitar su individualización. También hubo denuncias de hurto en esta oportunidad.
Dado que los ciudadanos dicen que incidentes así suceden con frecuencia, el secretario de Seguridad de Cali, Jimmy Dranguet, aseguró que desde la alcaldía se hará acompañamiento a los cortejos fúnebres que lo requieran, según una evaluación previa. La autoridad va a “identificar quién es el fallecido y, si hay algún tipo de riesgo, vamos a llegar al sitio donde están haciendo la operación y hacerle seguimiento a esa caravana”.
“En la medida que se salga de control, adelanten comportamientos contrarios a la convivencia y ponga en riesgo la convivencia ciudadana, será intervenido con toda la capacidad”, aseguró el funcionario.
Dranguet dijo que no seguirán permitiendo que las caravanas fúnebres afecten la movilidad y siembren miedo en la población. “Vamos a intervenir con todas nuestras fuerzas, tenemos nuestro equipo para el mantenimiento del orden por parte de la Policía y, si es necesario, emplearemos esa fuerza especial para contener cualquier tipo de violencia que puedan generar esas caravanas”, concluyó.
Bus del MIO en Cali terminó destrozado por comunidad enfurecida que quería linchar a un presunto ladrón
Por querer linchar a presuntos ladrones, la comunidad enfurecida terminó destrozando el bus 2033 del sistema MIO de Cali, que cubría la ruta C520. En videos que circulan en redes sociales se pueden observar a varias personas vandalizando el vehículo mientras las autoridades intentan controlar la situación.
Los caóticos y confusos hechos ocurrieron sobre las 6:30 de la tarde del 24 de enero, en inmediaciones de la estación Primitivo Crespo. Julián Beltrán y uno de los voceros de los concesionarios afirmó para Blu Radio que “el articulado de Git Masivo fue vandalizado por personas que perseguían supuestos ladrones que manifiestan ser de nacionalidad extranjera”.
En otro video se puede observar cómo quedó el vehículo en su interior: un desolador panorama de destrucción es todo lo que pudo captar el lente del usuario que publicó la pieza audiovisual, al que se lo escucha decir; “no quedó nada bueno”.
Ciudadanos en redes sociales expresaron su indignación por los hechos ocurridos, y no se mostraron de acuerdo con la vandalización del medio de transporte de la capital vallecaucana, que es un bien de todos los caleños. No obstante, otros mostraron su descontento con la inseguridad de la ciudad y pidieron endurecer las medidas contra los delincuentes. “Los caleños no aguantamos más, ya toque de queda y totalmente militarizado toda la ciudad”, expresó una usuaria.
No es poco común el vandalismo contra el sistema de transporte público de Cali. Según Beltrán, los buses reciben entre 15 y 20 ataques al mes que terminan en destrozos y pérdidas millonarias, lo cual termina siendo un dolor de cabeza para los ciudadanos y las arcas de la administración municipal.