Ante la posible modificación al proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB), la Veeduría Distrital de Bogotá, en calidad de ente de control preventivo, alertó y subrayó los riesgos económicos, jurídicos y técnicos en los cambios del modelo contratado por la Empresa Metro de Bogotá con Metro Línea 1.
Al expresar que la fase previa del proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB), próxima a finalizar, cuenta con más de 1.4 billones de pesos invertidos y con la adquisición del 90% de los predios requeridos en el diseño actual, la veedora Distrital, Viviana Barberena Nisimblat, hizo un llamado a que cualquier decisión que se tome con relación a este proyecto, no ocasione cinco hechos:
Detrimento patrimonial, aumento en el tiempo de construcción, incumplimiento del contrato, rechazo por parte de los financiadores del proyecto, e incertidumbre en cuanto a la seguridad jurídica para próximos contratos.
A esta advertencia, hecha el 27 de enero a los tomadores de decisiones, la veedora también les recordó la enorme responsabilidad de hacer de los “recursos públicos, recursos sagrados”.
Ahondando en este principio, para la veedora Nisimblat es fundamental que no haya una pérdida de los recursos invertidos en la estructuración del proyecto; estudios y diseños; avalúo, compra y demolición de predios; traslado de redes de servicios públicos, además de las obras de la adecuación del lote del patio-taller y el intercambiador vial de la calle 72 con Avenida Caracas.
Los avances de la obra
Ante este llamado de atención, la Veeduría señaló que el proyecto de la Primera Línea del Metro de Bogotá cuenta hoy con la disponibilidad de más del 90% de los 1.427 predios requeridos, y que se han demolido ya más de 1.100 predios.
En cuanto a la adecuación del terreno del patio-taller en la localidad de Bosa, la actividad alcanza un avance del 63%, los estudios y diseños de detalle tienen un avance superior al 85% y el traslado anticipado de redes de servicios públicos está por encima del 90% de lo requerido para la totalidad del proyecto.
Advertencia frente a la Tasa Representativa del Mercado (TRM)
Adicionalmente, todas las inversiones de la fase previa del proyecto, que tiene proyectada su finalización el 30 de marzo del año en curso, sobrepasan los 1.4 billones de pesos, y es pertinente recordar que la Veeduría Distrital, en el mes de diciembre de 2022, emitió una alerta preventiva por la variación en la TRM y su impacto en la contratación, en el contexto macroeconómico para el año 2023.
En esta alerta preventiva, la Veeduría también indicó que no es favorable realizar modificaciones a este tipo de obras civiles.
Para modificar los topes se requiere de un trámite legislativo
De igual manera, precisó la Veeduría, Bogotá está legalmente obligada a aportar como mínimo el 30% de los recursos del proyecto y en este contexto, y cualquier modificación a estos topes, implica un trámite legislativo que va a generar afectaciones e incertidumbre en el cronograma establecido en el contrato.
En este contexto, cabe resaltar que las eventuales adiciones presupuestales al contrato, derivadas de cualquier modificación, no podrán en ningún escenario, exceder el 50% del valor inicialmente contratado, situación a la que obliga el artículo 40 de la ley 80 de 1993.
Financiadores deberán “no objetar”
Y por último, se debe tener en cuenta que una eventual modificación al proyecto se deberá contar con la “No objeción” de los financiadores actuales, los cuales corresponden a las entidades multilaterales del Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y el Banco de Inversiones Europeo.
De igual manera, este proceso no puede generar incertidumbre jurídica y contractual en las grandes obras públicas que se necesitan, específicamente, las futuras líneas de metro para Bogotá.
Por todas estas razones, la Veeduría Distrital aconsejó el viernes 27 de enero, tener cuidado en la toma de decisiones que puedan ocasionar incumplimiento del contrato.