Una investigación realizada por la Universidad del Rosario afirmó que niñas y niños de las localidades de Usme y Sumapaz presentan problemas de aprendizaje consecuencia del uso de plaguicidas, utilizados en los cultivos, entre las afectaciones se encuentra déficit de atención y falta de memoria.
La investigación fue hecha en el marco de la alianza por la salud de la ruralidad, donde se analizó el estado de salud de 232 menores en las localidades antes mencionadas. Entre los hallazgos se encontró que todos los menores presentaron residuos de plaguicidas en su cuerpo.
“Nosotros medimos los agrotóxicos o comúnmente llamados plaguicidas en la orina de los menores. Lo más triste de esta investigación es que de los 232 niñas y niños entre 7 y 10 años que fueron mapeados para el estudio, el 100 por ciento tienen este veneno”, aseguró John Benavides, profesor de la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad del Rosario y líder de la investigación.
Los agrotóxicos son químicos usados en grandes cultivos, con ellos se envenenan los insectos y hongos que atacan las plantas. Sin embargo, según Benavides, la mayoría de estos compuestos tienen efectos sobre el cerebro de las personas, pero su efecto es mayor en los infantes, pues dificulta el desarrollo de los procesos de aprendizaje.
El empleo de estos químicos ha aumentado en los últimos 20 años en el país y aunque existen investigaciones previas sobre su impacto en los casos de intoxicación aguda, la literatura académica es menor en cuanto a los estudios al largo plazo. Los agrotóxicos ingresan al cuerpo por vía oral, respiratoria, pero principalmente por el contacto con la piel.
Frente a los daños en el cerebro, Benavides explicó que no se detectaron diferencias entre niñas y niños, pero sí encontró un aumento en los hijos de cultivadores que trabajan con esos venenos.
“A pesar de que hay familias que no trabajan directamente con estos agrotóxicos, estas estaban contagiadas porque este veneno viaja por el aire y por el agua. El viento es el principal elemento de propagación”, se aseguró en la presentación de resultados.
El estudio de la universidad destacó que esta situación no es responsabilidad de los campesinos, pues estos no son conscientes de los componentes, además de que en el mercado son conocidos como plaguicidas y no como elementos tóxicos.
Como parte de las recomendaciones, realizadas, se encuentra: la prevención, la eliminación de la exposición, el control en el uso y la comercialización de los agrotóxicos. El investigador fue enfático en señalar que se debe advertir si los residuos de estas sustancias se depositan en la ropa. Pero también se alertó a la ciudadanía, pues:
“En la capital del país es probable que nosotros también tengamos algunos rastros de estos agrotóxicos, solo que en menor medida porque están en los alimentos”, afirmó el investigador.
Finalmente, se aseguró que en Colombia se necesita fortalecer la capacidad de producir alimentos, reduciendo el empleo de estos químicos. “Esto por medio de la agroecología, no por medio de los insumos que se traen del extranjero para metérselos a la tierra”, concluyó el académico.
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