Tras cinco días de reunión extraordinaria entre las delegaciones del Gobierno y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en Caracas, se conoció una declaración conjunta en la que las partes dan por superada la “crisis” generada tras el anuncio del presidente Gustavo Petro de un “cese bilateral al fuego” por seis meses con esta y otras cuatro organizaciones delincuenciales.
Decisión que, en su momento, el Comando Central del ELN tachó de “unilateral”, ya que no se trataba de un acuerdo, sino de una propuesta que aún estaba por debatirse. Sin embargo, de cara a que inicie el segundo ciclo de diálogos en México, el 13 de febrero, el panorama ha cambiado por completo.
Sentimiento que el representante de la ONU en Colombia, Carlos Ruíz Massieu, compartió en diálogos con la W radio: “Lo más importante es que las dos delegaciones siguen mostrando voluntad de paz y de avanzar en el proceso, y finalmente de esta forma se manda un mensaje para fortalecer la mesa de diálogo”.
Si bien la posibilidad de un cese bilateral al fuego no se discutirá hasta que se reanuden las conversaciones, hoy más que nunca parece factible reparar el “error” que llevó al Gobierno a dar un paso atrás y eliminar el decreto que frenaba las operaciones militares y policiales contra esta organización guerrillera, en todo el territorio nacional.
La ONU, en cabeza de Massieu, se muestra positiva ante un eventual cese de hostilidades que, de concretarse, se sumaría al que se extiende entre el 1 de enero y el 30 de junio del 2023 con la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central, las AGC y las Autodefensas de la Sierra Nevada.
El inicio de un segundo ciclo de diálogos sin tensiones aparentes se ha convertido en una realidad. Gracias a esto, ambas delegaciones podrán concentrarse en hacer “un examen conjunto de los logros y dificultades en la implementación de los acuerdos realizados durante el primer ciclo”, incorporar a la sociedad civil en la conversación y discutir un nuevo cese al fuego.
Pues, aunque no existan “condiciones premeditadas para saber cómo negociar o cómo no negociar, se pensó que es mejor un acuerdo de cese que reduzca la violencia y promueva un ambiente más tranquilo en la Mesa de negociación. No hay una receta única para negociar”, explicó el representante de la ONU en conversaciones con el medio anteriormente mencionado.
Lo que ratifica el parte de tranquilidad que, desde distintos sectores, han lanzado actores diversos de la política y la sociedad colombiana que ven por superada la “crisis”, y cada vez más cerca la posibilidad de un nuevo acuerdo de paz, como el que las Farc y el Gobierno de Juan Manuel Santos firmaron en 2016, poco antes de que la misma administración iniciara los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional. Una agenda que, cuatro años después es retomada bajo el marco de la política de paz total, impulsada por el Gobierno de Gustavo Petro.
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