El dirigente gremial ganadero José Félix Lafaurie defendió su silencio frente al cese al fuego con ELN que generó una crisis en la mesa de conversaciones, de la que hace parte, con el gobierno del presidente Gustavo Petro. Humberto de la Calle lo había cuestionado por estar “calladito” al respecto y no pronunciarse acerca de las suspensiones de órdenes de captura sobre miembros de las disidencias.
Lafaurie respondió a través de una columna publicada en el medio Contexto Ganadero, en la que calificó el mensaje del senador “mezquino como el que más” y reafirmó su posición prudente en relación con la Mesa de conversaciones. Además, planteó nuevamente las críticas que sostuvo contra el Acuerdo de Paz con las Farc, que lideró desde el gobierno Humberto de la Calle, y por las cuales se generó su enemistad.
“Seguiré calladito, porque me comprometí a la prudencia como miembro de la delegación gubernamental en las negociaciones con el ELN…, y voy a cumplir, sin dejarme retar por quienes ayer me descalificaron como “enemigo de la paz” y hoy me descalifican, por lo contrario, en una especie de venganza porque no participé en un proyecto que traicionó lo ofrecido, y hoy lo hago con un Gobierno que, a pesar de mis diferencias, está cumpliendo lo ofrecido”, señaló el líder gremial.
El presidente de Fedegán sostuvo que la prudencia era una técnica de negociación y conducta personal que asumió de buena fe para llegar a acuerdos. Tanto para ganar la confianza entre las partes, como para evitar problemas en la mesa de conversaciones.
Esos puntos hacen parte de los principios que quedaron bajo acuerdo tras la reunión extraordinaria que fue convocada para solucionar la diferencia que inició con el cese al fuego bilateral, que fue anunciado por el presidente, pero que no ratificó la insurgencia por no haber alcanzado un consenso al respecto.
“Esta mesa debe unir esfuerzos para entusiasmar a los colombianos con una paz real y realizable”, señaló Lafaurie, quien rechazó que se siga dividiendo la sociedad entre “amigos y enemigos de la paz”, como surgió durante la discusión del acuerdo de paz con las Farc.
Según el líder gremial, hay un escepticismo e incredulidad en el país en torno a las negociaciones de paz y se debe mantener la poca esperanza que queda para llamar a revivir la confianza de la sociedad. Incluso atribuyó ese contexto a las negociaciones pasadas, entre ellas los que alcanzó de la Calle en el gobierno de Juan Manuel Santos con las Farc.
“No me resigno a pensar que el país se haya acostumbrado a la violencia –nadie lo hace– pero sí se acostumbró a que, gobierno tras gobierno, la paz se negocia, se frustra, se vuelve a negociar, se firma, está en leyes, en decretos “fast track”, en acuerdos que reclaman haberla alcanzado “estable y duradera”; está en comisiones, instituciones y hasta en museos, pero no está en las calles de las ciudades, no está en los campos, no está en la vida de las personas”, señaló Lafaurie.
Según el negociador, se debe avanzar con cautela y cuidado en la negociación, además de alcanzar resultados prontos que se puedan ver en las comunidades más afectadas por la violencia, entre las que señaló a “Arauca, Catatumbo, Nariño y esa media Colombia profunda y violenta”.
Además, el presidente de Fedegán reflexionó que “la paz apenas se asoma cuando callan los fusiles”, señalando que no debe centrarse el objetivo del cese de la violencia. Una posición que también mantienen desde la delegación del ELN que ha abogado por la solución a las causas estructurales del conflicto.
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