La Procuraduría General de la Nación le envió una carta al alcalde de Sincelejo, Andrés Eduardo Gómez Martínez, donde detalla los riesgos y peligros que encontraron para la realización de las fiestas y corralejas del 20 de enero. El Ministerio Público asegura que la construcción del sitio donde se realizará el evento no tiene las regulaciones, y reglamentaciones necesarias para el desarrollo de la actividad. La estructura y materiales serían los mismos de la que se hizo en el Espinal, Tolima, que terminó por desplomarse dejando muertos y centenares de heridos. Hace décadas en estas mismas fiestas hubo una tragedia en la capital de Sucre, historia que temen se repita.
Tras la realización de un comité, el órgano investigador determinó que se autorizó precipitadamente la realización de las corralejas, sin contar con una óptima preparación de la gestión del riesgo de desastres, además, no se le habría hecho la verificación a la estructura. Adicionalmente, la Alcaldía de Sincelejo no entregó los soportes suficientes para dicho espectáculo.
“La Procuraduría dejó constancia de que el Plan de Emergencias y Contingencias para Eventos de Afluencia Masiva de Público, fue aprobado sin haber sido evaluado, con la debida antelación, por el Comité Local para la Prevención y Atención de Desastres (CLOPAD) (...) se identificó que los soportes solicitados a la alcaldía de Sincelejo sobre las orientaciones, recomendaciones y directrices de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos de Desastres, UNGRD, “Guía Técnica para la reglamentación local de eventos con aglomeraciones de público”, estaba incompleta y para el momento de la sesión del Comité́ Municipal de Gestión del Riesgo, aún no se contaba con la versión final del PEC definitivo debidamente aprobado”, detalla la alerta del Ministerio Público.
Otro de los hallazgos es que el personal logístico, médico y de enfermería tiene muchas deficiencias, frente a la cantidad de asistentes. Se autorizó un aforo para 7.300 personas, cuando al escenario solo se le permite acaparar 6.500.
En ese mismo sentido, la Procuraduría reveló que el escenario no cuenta con pruebas de resistencia de carga, información que se habría solicitado hace una semana, pero que a pesar de ya haber comenzado las fiestas, no se cuenta con los soportes.
“La Procuraduría también evidenció deficiencias en cuanto al personal logístico, médico y de enfermería disponible para la realización del evento, esto en relación con el control de aforo y en virtud de la boletería autorizada (7.300 personas), contrastada con el aforo máximo permitido en la infraestructura de la corraleja (6.500 personas), entre otros aspectos exigidos en las citadas normas, que son necesarios para poder evaluar técnicamente la efectividad del PEC (...) La Procuraduría, luego de las falencias observadas durante la preparación de las fiestas del 20 de enero, exhortó al alcalde, para que, en su papel de garante, actúe con la diligencia que su cargo demanda y tome las medidas que permitan conjurar las situaciones de peligro alertadas, como un mecanismo de anticipación a la ocurrencia de posibles hechos que puedan poner en riesgo a la población”, concluyó la entidad.
Reclamos de la Procuraduría buscan evitar una tragedia que ya vivió Sincelejo
Pareciera que la experiencia no suma en la realización de estos eventos. Hace unos seis meses, aproximadamente, Colombia fue noticia por el desplome de las tribunas de la Plaza de Toros del Espinal, en el departamento del Tolima. En plena corraleja, la estructura de guadua colapsó dejando al menos 500 heridos, y 5 fallecidos.
A pesar de esto, Sincelejo decidió que este año realizarán la “corraleja más grande del mundo”, en la Monumental Plaza Toro, donde se realizarán las fiestas, se instaló una estructura similar a la del Espinal, no solo en aspecto, también en materiales. Como ya lo detalló la Procuraduría, se sabe que el escenario tendrá sobrecupo, que fue una de las causas del desplome en el Tolima, sin mencionar que la guadua no soporta dichos volúmenes.
Pero la historia de las tragedias en corralejas viene de años atrás. Precisamente en las fiestas del 20 de enero, pero de 1980, sobre las 3:40 de la tarde, Sincelejo vivía sus fiestas como era tradicional. En esa oportunidad, a pesar de las críticas y los evidentes fallos estructurales, la Plaza de Toros se construyó en madera.
Como parece costumbre, casi que, como la fiesta misma, ese día había sobrecupo. El peso se balanceó sobre una parte específica de una de las tribunas, lo que hizo que la madera terminara partiéndose. No sólo se llevó un pedazo de la estructura, una gran parte de los palcos se derrumbaron.
Según se puede ver en relatos de medios de comunicación de la época, los afectados se contaban en miles, y aunque no hay una cifra exacta, se estima que hubo más de 500 muertos ese 20 de enero de 1980, además de un balance por encima de los mil heridos.
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