Después del revuelo causado por los presuntos abusos sexuales cometidos por el docente universitario Víctor De Currea-Lugo, en los que habría incurrido durante su ejercicio profesional, las redes sociales han recibido con sorpresa la decisión del académico de eliminar su cuenta de Twitter.
En la mañana del jueves 19 de enero, el médico había anunciado que no aceptaría el cargo diplomático en los Emiratos Árabes ofrecido por el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Lejos de aceptar alguna responsabilidad por las acciones sobre las que es señalado, manifestó que rechazaba la oferta para que la oposición no lo usara de chivo expiatorio.
“Gracias al presidente por designarme como embajador. No quiero, de ninguna manera, ser un palo en la rueda para el país, ni una excusa para la oposición. Declino a su invitación, sin que ello implique aceptación de culpabilidad. La lucha contra la inquisición sigue”, escribió el docente.
Al interpretar estas palabras como una desestimación de las denuncias en su contra, las redes sociales estallaron en rabia y los medios de comunicación comenzaron a recibir denuncias masivas sobre los presuntos abusos en los que habría incurrido con estudiantes de las universidades Javeriana y Nacional.
Por ejemplo, la periodista María Jimena Duzán invitó a una de las denunciantes a una de sus sesiones del pódcast A fondo. La víctima afirmó que él la invitó a su residencia para discutir una posible oferta laboral, pero luego la invitó a su habitación y trató de besarla. Cuando ella manifestó su incomodidad, señala que él le respondió “entonces, ¿para qué viniste a mi casa?”.
“Eso es una posición de poder con una estudiante que, en ese caso, también es gravísimo porque son mujeres muchísimo más jóvenes que él. Tenían 17 o 18 años y él tenía más de 50. En mi caso, yo tenía como unos 26, unos 27 o 28 años en ese momento; igual, él era un hombre como de 55 años. Pero más allá del tema de la edad, es saber que tú tienes la capacidad de manipular a una persona con base en la posición que tú tienes”, dijo la denunciante anónima.
Duzán también invitó al propio profesor De Currea para que diera su versión de los hechos. El profesor —que manifestó que aquella sería la última entrevista que concedería en su vida— aseguró que es víctima de una persecución por tener pene y ser un varón heterosexual. “Parece que hay que ser o LGBTI, negro, mujer o desplazado para ser persona y nos jodimos”, sentenció.
Internet quedó aún más furioso con esta respuesta y, a falta de uno, respondieron tres equipos periodísticos: el de la revista Cambio, que publicó un artículo con cinco acusaciones de abuso sexual contra De Currea —uno de los cuales habría ocurrido cuando la víctima aún era menor de edad—; el del diario El Espectador, que en su editorial manifestó que el profesor no es víctima de ninguna inquisición; y el del portal La Silla Vacía, que publicó una serie de mensajes presuntamente enviados por el médico a sus alumnas a través de su cuenta de Twitter.
Los efectos de estos tres artículos, más el estallido de denuncias que otras usuarias han publicado desde sus propias cuentas, seguramente provocaron que De Currea decidiera apartarse definitivamente de la red social. Esta sería la segunda vez que la elimina, ya que en 2018 enfrentó un escándalo similar y tomó la misma acción sobre su cuenta.
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