Uno de los proyectos más importante de movilidad de Bogotá pasa por la autopista Norte, que históricamente es uno de los puntos con mayor tráfico. La alcaldía tiene un ambicioso plan que incluye 10 carriles, ciclorrutas y amplios andenes, pero rumores desde el Gobierno nacional tienen en vilo a quienes tienen a cargo esta obra pública que se realizará a finales de 2023.
Se señala que la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, tiene la intención de hacerse con el control de Corporación Autónoma Regional (CAR) Cundinamarca, para detener varios proyectos de movilidad que implican tratamiento especial por el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) a humedales, lagos y otro ecosistemas que están presentes en la ciudad.
Esa información no le cayó nada bien a la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, que se pronunció a través de Twitter, pues espera que el gobierno Petro ratifique su apoyo a los proyectos más importantes de la ciudad, entre los que está el metro, el corredor verde de la carrera séptima y la ampliación de la autopista Norte, obras de infraestructura que ya están contratadas.
“Los bogotanos que le dimos la elección al presidente Petro y al Pacto Histórico esperamos que ellos, el Ministerio de Transporte y la ANI, ratifiquen su compromiso con el Metro, la ampliación de la Autonorte/7ma que ya están contratadas y con el Regiotram Norte que se financiará este año”, señaló la alcaldesa Claudia López a través de su cuenta oficial de Twitter.
Los problemas de la autopista Norte
El corredor vial es la vía de entrada no solo para los habitantes de las localidades de Usaquén, Suba y los municipios del norte de la Sabana: los vehículos provenientes de Boyacá, los Santanderes y otras zonas del norte del país deben transitar por esta importante vía. Sin embargo, la constante congestión la convierte en un suplicio para aquellos que quieren circular por esta.
A pesar que el tramo principal inicia en el límite con Chía, en la calle 245, su forma definitiva va desde la calle 193 y el Terminal del Norte hasta el puente de la 92. Allí se divide en dos: la mayoría del flujo vehicular desvía para tomar la calle 100 o la avenida NQS. El trazado continúa sobre el puente para dirigirse a la calle 82 y el sector de El Retiro, y la paralela continúa como Avenida Caracas pasando el antiguo Monumento de los Héroes. Estos 18 kilómetros quedan en deuda para poder denominarse autopista, pues el flujo sobre sus carriles colapsa constantemente.
La única vía que puede descongestionar en algunas ocasiones a la autopista Norte, es la avenida carrera 19 qué finaliza en la calle 161, desembocando todo el tráfico sobre la autopista que empieza su tramo único desde la calle 170 hacia las afueras de Bogotá y depende únicamente de la Carrera Séptima cómo línea paralela hasta la Universidad de la Sabana, sin embargo, la opción para muchos conductores, es optar por vías secundarias dentro de los barrios, que también terminan afectados por el alto tráfico en horas pico.
En condiciones normales, quienes transitan esta vía se puede demorar 45 minutos de extremo a extremo, no obstante, la autopista duplica las cifras y convierte un pequeño desplazamiento en un viaje de casi 2 horas, que realizando la comparativa es el tiempo que puede tardarse alguien desde la salida de Bogotá hasta Tunja, un tramo de más de 120 kilómetros.
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