El enojo de Miguel Ángel Pichetto con Roberto Lavagna por no aceptar una PASO con Juan Manuel Urtubey y Sergio Massa fue lo más destacado de su discurso frente al Rotary Club de Buenos Aires.
Sin embargo, el senador nacional peronista dijo mucho más. Calificó positivamente la política de seguridad y contra el narcotráfico del Gobierno y le puso mala nota en economía.
En ese marco insistió con su postura de limitar el acceso de extranjeros a las universidades argentinas y también con su reclamo para que "no ingresen delincuentes" al país. En sus reproches a la política migratoria apuntó específicamente a la comunidad peruana y la responsabilizó de delitos en villas y en gran parte por el problema del narcotráfico. "Son peruanos los que venden veneno a los chicos en las villas, muchos delincuentes son peruanos", subrayó con énfasis y se explayó al respecto.
Entonces miró a la mesa principal donde estaba el presidente del Rotary Ubaldo Aguirre y varios invitados especiales, entre ellos justamente el embajador de Perú que es socio honorario y su par suizo Heinrich Schellenberg. Unos minutos antes Pichetto había conversado con el peruano Peter Camino Cannock pero evidentemente no lo recordó al avanzar con su encendido discurso. Después de haber despotricado contra los "delincuentes peruanos", miró hacia abajo del estrado y se frenó: "Señor embajador, no lo digo por todos los peruanos, hay muchos muy trabajadores en Argentina".
En las mesas muchos se miraron entre incómodos y luego hicieron comentarios con cierto alivio por su aclaración.