El lunes quedó reflejada una vez más la tensa relación que atraviesan la Iglesia y el gobierno nacional en medio del debate por el aborto, impulsado por el Presidente pese a sus reparos públicos al proyecto.
En Tucumán, Mauricio Macri faltó al Tedeum y envió a su vicepresidente, Gabriela Michetti, a presenciar una dura homilía del arzobispo Carlos Sánchez, quien volvió a hablar de la interrupción del embarazo como "la muerte de un inocente".
Casi al mismo tiempo, uno de los hombres fuertes del oficialismo, Horacio Rodríguez Larreta, prodigaba un fuerte gesto de compromiso hacia el clero. Junto a su mujer Bárbara Diez, el líder de Cambiemos en la Ciudad, confeso opositor a la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, "consagró su ser, su trabajo y a la Ciudad al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús".
Así, con esas palabras, lo contó Bárbara Diez, quien además compartió un video en el que se ve cuando ella comulga y su esposo está de rodillas "orando por una Argentina unida y en paz".
La oración completa de Rodríguez Larreta
En este 9 de julio, al celebrarse un nuevo aniversario de la Independencia Nacional, quiero presentarme ante Dios como jefe de Gobierno, consagrando mi vida, mi gestión y la Ciudad de Buenos Aires al cuidado del Sagrado Corazón de Jesús, lo hago bajo la protección del Inmaculado Corazón de la Virgen, su Madre, cuyo nombre lleva esta Ciudad.
Me acompañan en este momento los vecinos que desde su propia oración, expresada en la diversidad religiosa que tanto nos enriquece o con el buen deseo del corazón, quieren lo mismo: construir una sociedad justa, pacífica, basada en el respeto y la solidaridad.
Dios de todos, te pido por cada uno de los que viven y pasan a diario por esta Ciudad. Te pido por nuestros niños, nuestros jóvenes, por cada adulto o anciano; por nuestros enfermos; por los que están solos; por los que padecen sufrimientos materiales y han perdido la esperanza. Señor, que sepamos hacer por ellos todo lo que está a nuestro alcance. No olvidándonos mirar sus rostros cada día y ver en ellos la razón de nuestro trabajo.
Hoy, en el día de la Patria, nuevamente te decimos:
Señor haz de nosotros instrumentos de tu paz.
Donde hay odio, pongamos amor,
Donde hay ofensa, pongamos perdón,
Donde hay discordia, unión,
Donde hay duda, pongamos fe,
Donde hay desesperación, pongamos esperanza,
Donde hay tienieblas, pongamos luz.
Maestro, que no busquemos tanto
Ser consolados como consolar,
Ser comprendidos, como comprender,
Ser amados, como amar.
Porque dando, se recibe,
Olvidándose de sí, es que uno se encuentra.
Perdonando se alcanza el perdón,
Muriendo, se resucita a la vida eterna.
Amen".
Casi al mismo tiempo María Eugenia Vidal, en La Plata, participaba del Tedeum provincial y se fotografiaba junto a un militante de los grupos llamados provida y con un pañuelo celeste en la mano, el símbolo con el que se oponen a la campaña del pañuelo verde de quienes piden aborto "seguro, gratuito y legal".