En el bar del hotel de una cadena española sobre la calle Bolívar conversaban un empresario y un banquero muy informado sobre los detalles del Proyecto de Reforma Impositiva. "El más golpeado es el titular de la AFIP, Alberto Abad, porque él no quería esa reforma y además se enteró de que hay un ministro del Gobierno que lo quiere reemplazar con un hombre de su confianza", decía.
Comentaba el banquero que "también quedaron heridos como Luis Ribaya y Alejandro Henke quienes tuvieron que dejar el directorio del Banco Nación Argentina".
El hombre, conocedor de los nuevos destinos de los directores despedidos por el presidente del Nación, Javier González Fraga, enumeraba adónde irá cada uno: "Alejandro Henke se irá a trabajar a la Secretaría de Finanzas junto a su amigo Luis Caputo y Ribaya volvería al banco privado nacional donde realizó toda su carrera".
Por su parte, entre cafés y cortados el empresario acotó que "el caso del mendocino Enrique Vaquier es diferente porque se iría a trabajar a la vicejefatura de Gabinete". Y el banquero explicó que "en el mercado financiero se habla de una salida elegante del titular de la AFIP luego de que se filtraran los datos de empresarios que ingresaron al blanqueo, incluso el de un hermano de Macri". Para alentar más sospechas, concluyó: "Es sugestivo que Abad le haya solicitado a las subdirecciones de la AFIP un informe de cierre de gestión que por lo general se pide cuando se produce un cambio de mando. Pero para mí el problema principal es que no estaba de acuerdo con la reforma tributaria y en particular con gravar la renta financiera", cerró la conversación.