Un mes atrás se organizó el encuentro entre Cristina Kirchner y Osvaldo Bayer. Pero se postergó sin fecha y esta semana volvió a agendarse. La candidata a senadora apareció entonces en El Tugurio, nombre famoso del patio cerrado rebosante de plantas y libros en la casa del periodista, historiador y escritor, en Belgrano. Apenas llegó, acompañada por Oscar Parrilli, se detuvo frente a la biblioteca donde guarda carpetas con los textos originales de todas sus obras. La esperó con su hijo, Esteban Bayer, con quien la ex presidenta habló sobre la política de Alemania y sus años de exilio junto a su padre. "Qué hacés piba", le dijo Bayer cuando la vio. Después abrieron un vino que le regaló Cristina y tras tomar una copa el periodista repitió: "¿Qué hacés piba? ¿No querés quedarte a comer?". Ella se excusó pero se quedó casi una hora y media. Anarquista, Bayer se instaló de joven en Esquel donde en 1958 fundó el diario La Chispa. El dato no es menor, es allí donde desapareció Santiago Maldonado por cuya aparición pidieron los dos. Esteban Bayer le mostró a Cristina Kirchner el último libro de su padre: "La Chispa, contra el latifundo, contra el hambre, contra la injusticia" es una compilación del historiador Bruno Napoli quien recuperó los textos publicados por el periodista durante sólo cinco meses de edición, antes de que la Gendarmería lo expulsara de Chubut. "No te puedo creer…", comentó la ex Prsideneta sobre el libro que fue presentado en junio mientras hojeaba las crónicas que describen por ejemplo "el drama negro de Cushamen", "Las tierras de Cushamen" y "relatos de despojo de las tierras" a familias aborígenes. En la edición del 24 de enero de 1959, se vendía a un peso el ejemplar, se reclamaba en tapa: "Es urgente que los legisladores aclaren los despojos del Cushamen". Antes de irse Cristina le prometió a Bayer: "Esta noche empiezo a leerlo".