Desde la primera semilla que plantó el productor argentino para dar comienzo a la campaña de cultivos de verano, supo que el clima sería el gran desafío a superar. La falta de lluvias se erigía como el gran obstáculo con el fenómeno climático de La Niña haciéndose realidad a medida que transcurrían los días, acumulando meses sin precipitaciones significativas en gran parte del área agrícola.
Sin embargo, las lluvias tuvieron una presencia en la segunda quincena de enero de manera bastante homogénea, lo que permitió aumentar las proyecciones de producción de soja, por ejemplo, a 49 millones de toneladas, según cálculos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Pero el clima seco volvió a hacerse presente en momentos claves y las estimaciones cayeron considerablemente, con recortes que ubicaron la cosecha en 45 millones de toneladas.
En estos últimos días, cuando nadie lo esperaba, las lluvias retornaron a una vasta cobertura a nivel nacional, que sirvieron para detener el deterioro de los cultivos y evitar así que las pérdidas, tanto de rendimientos como de área sembrada, se profundicen.
En diálogo con Infobae, el jefe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la BCR, Cristián Russo, caracterizó a estas lluvias como sorpresivas y que las mismas ayudarán a estabilizar la condición de los dos principales cultivos de verano: el maíz y la soja. “Estas precipitaciones estaban fuera del libreto y nos están sorprendiendo con un volumen importante. Tenemos que ver cómo termina, pero está habiendo mucha más agua de lo que se preveía”.
Para Russo, estas precipitaciones son “muy importantes para la soja de segunda, porque corta la caída de rendimiento que se estaba dando en los lotes por la falta de agua. Hay tiempo para la soja de segunda y esto va a sumar. En Buenos Aires depende del agua que reciba, pero va a ayudar porque es una de las zonas donde más estaban cayendo los rendimientos” por la falta de humedad. En cuanto al maíz, y con los más de 50 milímetros que el especialista prevé que caigan en Córdoba, este evento climático se presenta “muy beneficioso. Ojalá se hubiera dado unas semanas antes, pero esto corta con la sequía y eso es importantísimo”.
Por último, Russo manifestó que ya no habrá un repunte en las estimaciones, pero sí dará fin, momentáneamente, al derrumbe en la expectativa de producción. “Recuperación ya no habrá. Ya es muy tarde para la soja de primera, pero va a cortar la racha de pérdida de rendimiento. El potencial de caída de los mismos es muy importante, podríamos estar hablando de bastante menos, pero va a terminar ese daño que estábamos viendo semana a semana”.
El detalle
Estas últimas lluvias tuvieron la particularidad de hacer buenos aportes de agua (se calcula que en varias zonas las mismas podrían cerrar por encima de 30 o los 50 milímetros) en zonas que estaban necesitadas de la misma, como el este cordobés, el centro-sur de Santa Fe y el norte bonaerense. Pero también se produjeron en el norte y en zonas de La Pampa. Resta saber qué pasará con el centro y el sur de Buenos Aires, donde los rindes se ven afectados por la falta de agua, mientras que Entre Ríos y Chaco no recibieron lluvias, agravando su estado.
Según detalló a este medio el jefe de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA), Esteban Copati, en la zona núcleo las condiciones de la soja y el maíz se presentaban como heterogéneas en un primer momento, con lotes en buen y mal estado, pero con la falta de lluvias, gran parte de los cultivos empezaron a deteriorarse. El gran beneficiado de estas precipitaciones es el maíz de segunda en esta locación, aunque no es la variedad que más superficie ocupa.
En el caso de la soja de segunda, Copati indicó que “está muy comprometida porque no ha tenido un buen desarrollo vegetativo y que he encontrado limitaciones (de agua) durante las etapas reproductivas, por lo cual hay mucha pérdida de potencial de rendimiento y también de área. La de primera está en etapa de llenado de granos y estas lluvias mejoran las condiciones hídricas durante la última parte del ciclo. Ya es tarde, no va a haber un repunte, pero frena el deterioro, tanto de los rindes como pérdidas de áreas”.
Por su parte, Córdoba ya presentaba buenas reservas hídricas por lluvias más constantes, y que estas lluvias beneficiaron al maíz tardío (que ocupa la mayoría de los lotes implantados en la provincia) y a la soja y se esperan alta productividad. Lo mismo sucede en el NOA, donde hay una buena condición hídrica, aunque todavía falta tiempo para la cosecha porque fueron los últimos lotes que se sembraron a nivel nacional.
Por último, Copati sostuvo que las próximas lluvias deberían darse en el norte y el sur del área agrícola, ya que fueron los últimos lotes en sembrarse y todavía le queda tiempo por delante para desarrollarse, pero no así en el centro, ya que “esta va a ser la última lluvia que defina la campaña. Si sigue lloviendo, ya estamos en cosecha de maíz y a dos semanas de empezar la de soja y si lo hace durante que cosecha podría incluso ser un problema porque podría generar brotado de grano, manchados y se convierte en un problema no solo por la calidad, sino también en los rendimientos.
Entre Ríos
Como ya se dijo, hay ciertas partes del área agrícola no se hicieron presentes y su situación se agrava a medida que pasan los días. Ese es el caso de Entre Ríos, que según la Federación de Asociaciones Rurales de dicha provincia (FARER) hay “una escasez hídrica prácticamente sin precedentes”, por lo que la entidad solicitó a la gobernación declarar la emergencia agropecuaria en los departamentos de Gualeguay, Gualeguaychú, Islas del Ibicuy y Concepción del Uruguay.
Según indicó FARER en un comunicado “no sólo ha sido muy escasa la cantidad de milímetros caídos, sino que ello se asoció a las temperaturas muy altas que han dañado visiblemente los cultivos, pasturas y campos naturales, siendo irreversible los perjuicios ocasionados con la implicancia que ello tiene en la economía de los productores”.
“Sería oportuno considerar dentro de la emergencia que el alcance de las medidas no sólo sea para productores con campos propios, sino también para la gran cantidad de productores que no poseen tierras propias y se encuentran en situación de arrendamiento”, finalizó el escrito.
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