Hoy se conmemora el “Día Internacional de la Mujer” y uno de los ámbitos en los que se trabaja para achicar las barreras es el campo, un sector que ha sido liderado históricamente por los hombres, pero en las últimas dos décadas ellas consiguieron duplicar su participación, según el último relevamiento del Indec.
En el Censo Nacional Agropecuario del Indec de 2002, el último del que se tenía referencia antes del registro oficial del 2018, daba cuenta que el porcentaje de las explotaciones lideradas por mujeres era del 10%, mientras que en 2018 ese número fue del 20 pro ciento. Así, en menos de dos décadas, los establecimientos conducidos por el género femenino lograron duplicarse.
El Indec señala que de un global de 732.986 residentes que viven en las explotaciones agropecuarias, el 38,4% son mujeres. Con estos datos está claro que en estos años, el género femenino ha ocupado un rol clave en el sector agrícola del país. Tanto es así que la provincia de Jujuy es la que tiene un mayor porcentaje de mujeres a cargo de los establecimientos o plantaciones, con un 42% de presencia femenina en un total de 8.294 productores. Le sigue Santiago del Estero con un 29% de 14.492 explotaciones y Tierra del Fuego con un 28% de un total de 3300 explotaciones, según el relevamiento oficial.
Según la ONU las mujeres rurales representan más de un cuarto de la población mundial y tienen un rol fundamental en la seguridad alimentaria
Según la comisión Mujeres de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las mujeres rurales representan más de un cuarto de la población mundial y tienen un rol fundamental en la seguridad alimentaria, como ser la disponibilidad de alimentos en la etapa de producción, el acceso a ellos mediante la distribución y utilización de los alimentos. Además, representan el 43% de la fuerza laboral agrícola del mundo.
Andrea Passerini, tambera y coordinadora de la Comisión de Lechería de Carbap y Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) afirmó que apenas algunas mujeres que se dedican al sector productor tienen la oportunidad y la suerte de estar más visibilizadas. En su tambo, contó, hay un montón de mujeres que reman y reman todos los días. “En la Argentina todo es una pelea y muchas veces las mujeres tenemos que ponernos en situaciones de guerreras más esperables por la cultura de un hombre, tenemos diferentes maneras de buscarle la vuelta, de mostrarle al mundo desde el lugar de la sensibilidad lo que es la ruralidad. Tenemos un montón por aprender”, dijo.
Un informe del centro de estadísticas de la Comisión Económica para América Latina (Cepal) da cuenta que 4 de cada 10 mujeres en zonas rurales trabajan en la agricultura en América Latina. En ese sentido componen grupos no homogéneos como productoras de alimentos, pescadoras, cosechadoras, pastoras y campesinas de todos los orígenes.
Estoy convencida de que las mujeres en el agro están logrando una visibilización muy importante (Giraudo)
“Nosotros ahora tenemos un colectivo de mujeres de CRA que se creó hace menos de un año en todo el país y es muy lindo ver sobre todo en los ateneos que hay muchas chicas jóvenes participando de la actividad gremial agropecuaria. Es realmente un placer y es nuevo para nosotros, pero hay un montón de mujeres jóvenes que tienen ganas de poner un pie en lo que es la ruralidad, que es mucho más que la producción agropecuaria”, destacó.
Proyectos
La Red Mujeres Rurales presentó un proyecto a ONU Mujeres para hacer un relevamiento de datos a través de propuestas positivas sobre la realidad de género en el sector agrícola argentino y poder conseguir resultados reales sobre las condiciones en las que se llevan adelante las tareas en el campo.
“Si miramos tres años para atrás con este W20-G20 como icono, el avance en la visibilización, en el entramado de la red, en las invitaciones para ocupar distintos espacios y las posibilidades para llevar adelante iniciativas, era impensado que en tan poco tiempo se logre. Tengo mucha esperanza de que este camino se siga agilizando y que estemos focalizados en trabajar todos juntos por acciones concretas”, dijo a este medio María Beatriz Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid y cofundadora de la Red de Mujeres Rurales.
Si bien las barreras de género se presentan en todos los rubros, en el sector agropecuario han ido cambiando de a poco. “Estoy convencida de que las mujeres en el agro están logrando una visibilización muy importante. El W20 está dando sus frutos, muchas veces nos preguntamos para qué sirven esas iniciativas y quizás no se ven en concreto en el momento que están ocurriendo, pero deja capacidad instalada de discusión, necesidad y líneas de trabajo de acción y esta es evidentemente un caso”, indicó la también productora.
La Red de Mujeres Rurales y otras organizaciones que llevan adelante iniciativas para visibilizar el trabajo de la mujer rural están dirigiendo acciones en los distintos roles de la Argentina donde aspiran a tener un papel protagónico en la decisión de las necesidades y de cómo atenderlas, según sean las prioridades en lo público y privado.
Giraudo destacó que desde su lugar están enfocadas en tres ejes que tienen que ver con la conectividad en su más amplio espectro. “Si bien (con el proyecto) comenzamos con la mirada y foco en la capacidad, buscamos la conectividad como herramienta clave para la equidad y nivelar oportunidades de la mano de la conectividad, educación, la capacitación del desarrollo, infraestructura, logros, financiamientos para las actividades productivas y el eje ambiental con foco en las buenas prácticas y resiliencia frente al cambio climático”, explicó sobre el rol que busca la mujer en el agro.
En América Latina, las explotaciones agrícolas a cargo del género femenino oscilan entre 7,8% y 30,8%. Según el libro ‘Luchadoras: Mujeres Rurales en el Mundo’, si las mujeres en el sector agrícola tuvieran acceso a los mismos recursos productivos que los hombres, los rendimientos promedio de la cosecha aumentarían entre un 20 y 30%, por lo que esto permitiría reducir el hambre entre un 12% y 17%.
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