Tamberos de la Cuenca Oeste de la provincia de Buenos Aires realizaron ayer una Asamblea en el predio de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen, donde se declararon en estado de Alerta y no descartaron iniciar acciones gremiales en las próximas semanas si no hay una respuesta concreta del Gobierno y la industria láctea, sobre cómo superar la crisis actual que afecta a la producción.
Ayer los productores advirtieron que las industrias pretenden no mejorar el precio de la materia prima que entregan todos los días, como consecuencia que tienen que respetar los valores que el Gobierno les exige en los programas de Precios Máximos y Precios Cuidados.
Además, motorizadas por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (CARBAP), continuarán en los próximos días las reuniones de productores para definir las acciones gremiales a seguir.
“La falta de confianza en la Industria y el Gobierno nos vuelve a convocar”, señalaron ayer los tamberos en Trenque Lauquen, donde además manifestaron su preocupación por “la utilización de malas costumbres de las industrias a la hora de comercializar con los productores, lo cual habla de la falta de transparencia y eso genera desconfianza e inmediatamente viene la baja de producción por la falta de estimulo y después viene la escasez de leche en góndola”.
Frente a este panorama, los tamberos reclamaron que la industria láctea cumpla con lo pactado en el precio de la leche que ya se entregó y se deberá pagar en los próximos meses. Por otro lado, hubo un pedido al gobierno para que no intervenga con medidas de corto plazo sin que se resuelva el problema de fondo.
La situación del sector primario sigue siendo grave, cobrando un precio por la materia prima por debajo de los costos de producción. Según se expresó ayer en la Asamblea, es negativo el resultado de un tambo promedio desde agosto pasado, donde el Estado tiene una participación en la cadena con una carga impositiva, en promedio, del 40% sobre los lácteos.
“Los puntos y el diagnóstico ya están claros, con una importante pérdida de rentabilidad como venimos diciendo desde mitad del año pasado. Molestó muchísimo el tipo de información y la manera en que se comunicó la no suba de precios a los tamberos, lo que habla de la falta de formalidad en la comercialización de la leche. No tenemos herramientas para enfrentar dicha problemática y ya entregamos toda la leche, justo en febrero que es el mes más corto y pesado para trabajar porque al ser más corto, los gastos fijos son los mismos”, señaló a Infobae Ignacio Kovarsky, prosecretario de Carbap y vicepresidente de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen.
Y agregó: “Acá no queremos ni subsidios, ni intervenciones con retenciones a la soja o el maíz, se pretende claridad y transparencia en el negocio lechero, que el Estado saque todas las intervenciones, como el precio en góndola y se haga cargo de la cantidad de impuestos que hay en la cadena. Creemos que el principal foco en este momento es el Estado más que una industria, porque hoy es una, pero mañana cuando se termine de complicar con la leche y demás, las exportadoras van a estar complicadas y las pymes también”.
Finalmente en el documento que elaboraron los tamberos tras la Asamblea, los principales reclamos son: Las usinas lácteas tienen que cumplir con las actualizaciones de precio pactadas para febrero y marzo, actualización de los mínimos para el pago de ingresos brutos provincial, quita de retenciones a las exportaciones y reembolso para compensación de impuestos de la cadena, menor burocracia para el acceso de líneas crediticias, entre otros.
“La lechería no importa en este país”
Gustavo Augel, un productor de leche de la zona de Lobos, provincia de Buenos Aires, se refirió a la situación desesperante que enfrenta el sector producto de la desactualización de los precios respecto de la inflación y cómo esto derivó en una reducción en la cantidad de tambos de esa región. Según especificó a este medio, tanto el Estado como la industria están al tanto de la problemática de la dolarización de los costos de producción, pero necesitan ser escuchados para evitar la desaparición de los tambos.
“En 2005 Lobos tenía 207 tambos con 25.000 vacas, pero el 2020 cerró con 54 tambos y 10.000 vacas. La lechería no importa en este país; si lo miramos desde el punto de vista nacional e industrial al tambero se lo deja de lado, creen que se deja a la vaquita comiendo pasto, da un poquito de leche, la entrega y ya está. El 50% del gasto del cheque que tiene el tambo se va en alimentación y se debe a que desde 2018 a hoy los costos de alimentación aumentaron un 100% y el precio de la leche no acompañó a la inflación. Si a eso le sumamos que tenemos el 80% de los gastos dolarizados nos ponen en una situación realmente muy crítica”, afirmó.
“En el 2000 ordeñábamos 10.000 millones de litros y hoy ordeñamos 11.000 millones. Es decir, la producción está estancada, pero con menos vacas y tambos. Es preocupante, sentimos que el tambero no se escucha y somos el fusible de la cadena. No puede ser que en cualquier distorsión que pase liguen los tamberos”, agregó.
Augel reveló que el precio que recibió la última vez por litro de leche fue de $21,50 correspondiente a enero. “Hace meses pierdo plata. Estamos en la rentabilidad negativa desde agosto-septiembre del año pasado. Los precios de enero ni siquiera son de subsistencia porque nuestros costos de producción están muy por arriba de ese valor”, describió el productor.
En Argentina, el 75% de los tambos producen menos de 4.000 litros, afirmó, de ese total, hay tambos cuya producción varía entre los 1.000 y 3.000 litros y son estos pequeños emprendimientos los que más sienten el cimbronazo de los costos. “El tambero es eficiente, invierte en tecnología, mejora genéticamente la vaca, pero a la hora ver las cosas, de cobrar la leche a nadie le importa porque estamos en nivel de subsistencia en un sistema donde no te levantas nunca. Venimos perdiendo plata constantemente”, especificó.
Por último, sostuvo que de continuar esta crisis podría haber consecuencias graves para la cadena. “Sin tambos no vamos a tener leche fría en las góndolas. Tengamos presente que si desaparecen los tambos desaparece el sachet de leche de los supermercados. Esta situación la conoce el Estado y la industria, pero lo tiene que saber la sociedad”, concluyó.
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