A una semana de la reunión de Alberto Fernández y los dirigentes de la Mesa de Enlace, donde se decidió analizar las diferentes cadenas de comercialización para determinar el origen de la suba de los precios, desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) volvieron a remarcar que los productores no son formadores de precios. “No solamente es una falta de veracidad técnica, sino es también un desconocimiento pleno de cómo funciona el andamiaje productivo del país o una ideología carente de sustento y desacoplado de la verdad y la realidad”, manifestaron en un comunicado.
Y agregaron: “Los productores somos el eslabón primario de todas las cadenas, aquel donde empieza el flujo de materia prima que luego llega a la mesa de cada hogar; somos el primero en mérito, aquel que enciende la maquinaria productiva y transformadora del país; no lo dice un sector, lo dicen los números, las estadísticas, lo muestra nuestra participación en las exportaciones, en el PBI, en el empleo formal privado”.
Además, señalaron que los productores se transformaron en el último eslabón de la cadena en lo relacionado al flujo monetario, donde el mismo comienza en el consumidor y luego recorre los diferentes eslabones de la cadena hasta llegar al sector de la producción. “Esto es lo que hace que el productor sea un tomador de precios en el mercado y no un formador”, manifestaron.
“Los productores gestionamos costos y no precios, establecemos nuestra estructura productiva en base a los precios que el mercado refleja para nuestros bienes, resultado de nuestra producción; y es que en una cadena comercial no hay más dinero para repartir que el que un consumidor paga por ese bien o servicio”, advirtieron.
Por otro lado, en el comunicado recordaron los bajos precios que recibe el productor por la materia primera y la incidencia que tienen otros factores en los valores de los alimentos: el trigo multiplica 7 veces su precio al llegar al consumidor final y 2 de esas 7 son impuestos; la leche multiplica 4 veces su precio y 1 vez de esas 4 son impuestos; la carne bovina se multiplica 4 veces su precio y 1 vez de esas 4 son impuestos y el grano utilizado para la alimentación del pollo parrillero se multiplica 4,47 veces y 1,38 son impuestos.
Impuestos e inflación
Los diferentes ejemplos aportados por la entidad que preside Jorge Chemes, fue para demostrar la incidencia que tienen los impuestos en el precio final de los alimentos y también la inflación. “Los impuestos representan el 41% de lo que cargamos en el chango de un supermercado y en Argentina la inflación durante el 2020 fue de 36,1%, mientras que otros países como Uruguay alcanzó el 8,1%, México el 3,5%, Chile el 3,1%, Perú solamente 2,6%”, comentaron.
En ese sentido, datos del Departamento Económico de la entidad, reflejaron que entre enero de 2017 y febrero de 2021, la carne se multiplicó por 4,3 veces, la leche en Góndola se multiplicó 4,4 veces, el gasoil se multiplicó 4,3 veces, la canasta básica se multiplicó 4,23 veces y el dólar oficial Banco Nación se multiplicó 5,8 veces.
“Para entenderlo mejor, en enero de 2017 con $100 se podía comprar una combinación y una cantidad determinada de productos de la canasta básica, mientras que para comprar hoy en febrero de 2021 esa misma cantidad y combinación necesitas $383. La inflación en Argentina se genera por las políticas monetarias, la presión fiscal y las intervenciones viciosas en las cadenas de precios”, dijeron los dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas.
Por último, señalaron: “En economía como en la vida, se puede hacer cualquier cosa, lo que no se puede, es evitar las consecuencias de sus actos. Buscar culpables en vez de soluciones, tener diagnósticos de situación basados en posiciones ideológicas y no académicas, lleva a una caza de brujas que solo da lugar a más incertidumbre y miedo del futuro”.
Seguí leyendo: