La falta de rentabilidad le impone un límite a la ilusión que tienen cerca de 2.000 productores que cultivan peras y manzanas en los valles de Río Negro y Neuquén. Las últimas medidas oficiales resultan un pequeño aliciente pero que no cambia la realidad de una actividad en baja, y de ello da cuenta la salida de actores importantes del mercado como son las multinacionales de la fruta.
La producción frutícola cuenta con valores de referencia hoy de hasta 26 y 27 centavos de dólar para el kilo, cifra que se sitúa por debajo de los costos históricos que tiene la actividad, que rondan los 30 a 32 centavos. La falta de incentivo económico llevó a que el número de productores se redujera drásticamente en los últimos trece años: hoy solamente se mantienen en actividad menos de un tercio de los 6.000 a 7.000 que una vez poblaron los valles del Comahue con sus manzanos y perales.
Se achica de manera alarmante la cantidad de hectáreas dedicadas a la producción de peras y manzanas en la Argentina, y esto también sucede con los productores. Por lo menos en los valles de Río Negro y Neuquén (Magnani)
Según comentó a Infobae Rubén Magnani, productor de General Roca y presidente de la Cámara Empresaria de Mainqué, “ese valor es muy alto para un productor que actualmente con los costos que se deben enfrentar en la Argentina se obtiene una casi nula rentabilidad para los productores. Es por eso que se achica de manera alarmante la cantidad de hectáreas dedicadas a la producción de peras y manzanas en la Argentina, y esto también sucede con los productores. Por lo menos en los valles de Río Negro y Neuquén”.
Magnani comentó que el productor de frutas de los valles rionegrinos debe sostener su actividad con “el ‘dólar fruta’, que está en torno a los $ 80, cifra que es solo la mitad del ‘dólar blue’. Por eso es un poco difícil e irreal cuando volcamos nuestros ingresos a los costos de producción, los cuales los tenemos a valor dólar”.
La AFIP extendió hasta el 8 de julio la postergación de los vencimientos para el pago de los aportes y contribuciones a la seguridad social de los productores de peras y manzanas de cinco provincias
Añadió que actualmente muchos exportadores importantes se fueron del país y dejaron la actividad porque no era negocio para las multinacionales. Así se ve reducida la cadena de comercialización, donde hay menos exportadores para venderles. Esto plantea dificultades para el productor y ya son varios años con problemas y derivó en que muchos productores dejaron la actividad. Para apreciar esto solo hay que pasear por las chacras, donde en esos lugares los tractores están atados con alambre.
Por otro lado, el dirigente comentó que la actividad frutícola en el Comahue debe sostenerse con un costo real y hay que tener en cuenta la variabilidad de precios, y ahí está de por medio también el tipo de cambio. La fruticultura, y en especial la pera y la manzana, tiene un costo que atraviesa una larga cadena de producción. El productor para tener rentabilidad de lo que plantó debe aguardar entre 7 u 8 años, y no antes. Durante esos años, debe sostener una gama de inversión, desde tecnología y muchos trabajos que hay que hacer en las fincas.
Medidas
Días atrás, la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) extendió hasta el 8 de julio la postergación de los vencimientos para el pago de los aportes y contribuciones a la seguridad social de los productores de peras y manzanas de cinco provincias. A través de la Resolución General 4906/2021 publicada en el Boletín Oficial, el organismo recaudador que conduce Mercedes Marcó del Pont modificó la Resolución General N° 4.790 de agosto pasado.
Esta medida tuvo por destino beneficiar a los contribuyentes alcanzados por el Programa de Asistencia de emergencia económica, productiva, financiera y social a la cadena de producción de peras y manzanas de las provincias del Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan y La Pampa.
Según Rubén Magnani, medidas como las adoptadas por la AFIP para postergar los vencimientos de aportes y contribuciones con destino a la seguridad social y esquemas de financiación, resulta ser “una ayudita, y no mucho más que eso” para un sector que no atravesó en materia económica una buena campaña de frutas desde el año 2008. Para el productor, beneficios impositivos de este tipo “no es la solución de la fruticultura”.
El clima, por ejemplo hoy ha cambiado, la perspectiva de inversión en tecnología que debe encarar los productores de peras y manzanas en las fincas. Hace tres décadas, la mayor problemática estaba dada por las heladas, mientras que hoy el granizo hace estragos en las plantaciones. Por ello, la inversión en mallas protectoras ronda los 12 mil dólares por hectárea. “Esto es muy costoso y complejo: hay que recurrir a las mallas para unas 30 o 40 hectáreas, ya que las empresas de seguros no quieren asegurar”, objetó Magnani.
Además, Magnani opinó sobre la decisión del gobierno nacional de reducir las retenciones a las frutas: “Fue una mejora superior y viene a compensar lo que veníamos diciendo, sino teníamos rentabilidad era injusto que nos pusieran retenciones. Eso fue muy justo y beneficioso. Sobre el tema de la prórroga en el pago de impuestos, esto es estirar la angustia”, señaló.
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