El mercado maderero argentino, con más de 1,3 millón de hectáreas forestadas, se ve impedido de beneficiarse plenamente de la alta demanda de materia prima y rollos de pino que requieren economías activas como China y Estados Unidos, por falta de inversiones adecuadas en un contexto de elevada incertidumbre y con un potencial de exportaciones de unos 6.000 millones de dólares anuales.
Hoy la Argentina exhibe una balanza comercial deficitaria en el rubro forestal-maderero, ya que por ejemplo solamente en la compra en el exterior de papel para embalar y cartón, importa por unos 600 millones de dólares cada año. Esto solo podría evitarse si el país lograra las inversiones necesarias para sustituir la importación, sin embargo, para los inversores no están dadas las condiciones jurídicas, económicas y políticas.
Marcos Pereda, productor maderero y conocedor del rubro exportador, comentó en diálogo con Infobae que “hoy tenemos un tipo de cambio que favorece la exportación maderera y forestal, aunque el sector debe abonar retenciones de entre el 3 y 4%. Donde no se exhiben ventajas, frente a otros países de la región como Uruguay, Chile y Brasil, es en materia industrial, ya que nuestro sector viene con falta de inversiones desde hace mucho tiempo. Tampoco somos los más competitivos en productividad, porque las plantas madereras tienen baja escala. Allí nuestros vecinos producen con mayor valor agregado”.
Las ventas, principalmente de madera y rollos de pino, volvieron a reactivarse con destino a Estados Unidos, gracias al aumento de actividad que exhibe este mercado incluso en el marco de la pandemia. Actualmente los envíos desde Argentina al mercado estadounidense volvieron a acercarse a las ventas que se realizaban en el 2008, cuando la crisis de las Hipotecas frenó el desempeño que exhibía el rubro construcción en este país.
A todo esto se suma la mayor demanda de China, donde la puja internacional de madera llevó al gigante asiático a reducir sus aranceles aduaneros de importación y dispuso un recorte de hasta un 4% con el objeto de hacer más barata la compra externa de materia prima para abastecer local del gigante asiático.
Impacto de la falta de inversión
Según consignó Pereda, la falta de inversión genuina en el mercado forestal-maderero en la Argentina, condiciona el desarrollo del sector que “hoy estaría exportando por unos 6.000 millones de dólares anuales, si contara con las plantas y la industria necesaria para producir y transformar la materia prima que el mundo está demandando actualmente. Y además se podrían generar unos 350 mil puestos de trabajo”.
Pereda aseguró que “en todos los rubros vinculados a la forestación falta inversión y esto se debe a la inseguridad jurídica y la inestabilidad política, económica y tributaria que ofrece la Argentina. Esto es lo principal que impacta para que no haya grandes inversiones. Una planta de celulosa que produce anualmente más de un millón de toneladas requiere una inversión de 1.500 millones de dólares. Y las empresas madereras radicadas en el primer mundo solo disponen inversiones si hay seguridad jurídica que se proyecte por lo menos por treinta años. Y Argentina no exhibe esto desde los años ’90”.
Por último, Pereda explicó que nuestro país podría generar hasta 3 o 4 millones de hectáreas forestadas, sin embargo, hoy apenas se llega a 1,3 millón de hectáreas. Asimismo, actualmente el sector forestal tiene una balanza comercial negativa para la Argentina. Un ejemplo es que todo lo que es embalaje y que se usa papel madera y cartón, es importado. De esta manera se importa cerca de 600 millones de dólares anuales y se podría lograr un autoabastecimiento si Argentina tuviera las industrias necesarias.
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