La industria molinera aseguró que no hay desabastecimiento de harina a panaderías o al sector que elabora farináceos pese a que no hay venta de trigo por parte de acopios o productores, quienes retendrían hasta 8 millones de toneladas de la última cosecha. Ante la falta de provisión de materia prima, la molinería reclama al gobierno medidas y herramientas que atenúen el deterioro que reporta la actividad. Allí se incluye la importación de trigo ante el cierre que reporta el mercado triguero local.
Desde la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) aseguraron que no podrá continuar con su adhesión al programa de Precios Cuidados, ya que en el último año solo ajustó sus precios en un 9% con la venia del gobierno de Alberto Fernández mientras que la inflación en igual período ascendió a casi un 38%.
Diego Cifarelli, presidente de la Federación Molinera, manifestó en diálogo con Canal Rural que “hay que separar lo que es el mercado del trigo de lo que es el mercado y precio de la harina. Hoy el abastecimiento de la harina es normal, aunque la oferta de trigo es nula y el precio de la harina, solo aumentó un 9% desde el 6 de marzo de 2020 tras un acuerdo de los molinos con el gobierno nacional, donde tenemos que ir a una paridad con el trigo (desde febrero próximo), sino hay que buscar un mecanismo que no afecte a otros eslabón de la cadena de valor triguera”.
Ante las quejas de los panaderos e industriales por el encarecimiento y faltantes de provisión de harina de trigo, Cifarelli consignó que “no hay faltante a nivel nacional. Con unas 36 mil panaderías en todo el país, allí un 30% de los clientes son atendidos por un revendedor: sin embargo, en el caso de los molinos harineros, estamos entregando harina más allá del problema de precios y que no estamos pudiendo comprar trigo en el mercado doméstico”.
“En las panaderías de atención directa de los molinos, y en gran parte de los mayoristas proveedores de harina, no hay ningún tipo de desabastecimiento más allá del problema que tenemos. Ya que hace diez días que no podemos reponer la molienda y se están utilizando el stock de seguridad”, explicó el titular de la FAIM.
Cifarelli aseguró que el productor triguero que tiene el grano en su campo con reserva de valor, o bien las tenencias que están en los acopios, que rondarían entre 8 y 9 millones de toneladas de la última cosecha que fue de 17 millones de toneladas. “No se ve atraído para vender su trigo más allá del gran precio que tiene estos granos hoy, que es de entre $20.000 y $21.000. Pese a este valor que es interesante, el productor no está con disposición de vender por el momento crítico del país, ya que tiene poco atractivo para salir de una moneda dura como es el trigo. Igual va más allá del precio, no veo propensión a la venta”, dijo.
De acuerdo a los datos aportados por la FAIM, la exportación compró 8 millones de toneladas de los 17 millones producidos en la última campaña triguera, donde la molinería adquirió otro millón y medio, con lo cual se estima que en el mercado aún hay tenencias por otros 9 millones en acopios o guardado en el campo.
Por otro lado, el dirigente explicó que “la entidad no es partidaria ni de cerrar la exportación ni tampoco crear una mayor intervención del mercado por vía de un incremento de las retenciones. Hay que buscar un mecanismo atractivo, que estimule la venta, y no de castigo”.
Reclamos
Hoy el mayor escollo que piden revisar desde la industria molinera con el gobierno es la traba que tuvieron los molinos de aumentar el valor de su producción, ya que estuvo atada al acuerdo de precios firmado en marzo de 2020 con la administración de Alberto Fernández para contener la inflación en los farináceos y el pan.
Allí la Federación indicó que el precio de la harina solamente incide en un 17% en el precio final del pan y en un 10% en el caso de los productos farináceos, como fideos o galletas. “Tuvimos un aumento del 9% en la harina, según el INDEC, mientras que el precio del trigo subió un 61%, que representa un 80% en el costo de hacer harina. Por eso la situación es muy complicada”, expresó Cifarelli.
“Arrancamos en marzo de 2020 con un precio de $620 para la bolsa de 25 kilos para las panaderías y hoy está alrededor de 700 pesos. Y los molinos necesitamos un valor similar a $850 o $900 más impuestos”, comentó para presentar su problemática.
Consultado sobre la posibilidad de importar trigo tal como sucedió alguna vez y de manera puntual en la Argentina, el presidente de la FAIM comentó: “la importación tendría que ser un mecanismo que debería estar habilitado”, y aseguró que “la Secretaría de Comercio de la Nación, a cargo de Paula Español, es consciente de la situación”.
“Ya le hemos dicho a la Secretaría de Comercio –explicó Cifarelli– que el 31 de enero, que es cuando termina el programa de Precios Máximos, nosotros no podemos continuar, y esto más allá de la regulación que exista en materia de Competencia: ningún empresario va a terminar entregando su empresa, debido a que es ilógico que una cadena de valor tenga el precio controlado sobre el eslabón de la transformación de la materia prima”, comentó el dirigente.
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